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SOLLOÍNA

¡A la Feria!

¡A la Feria! Ya estamos de Feria de Abril en Sevilla, ese invento de un catalán y un vasco que tanto agradecemos los de aquí. Hace apenas un momentito se ha repetido el rito anual, desde hace 158 años, cuando casi no había luz, de la prueba del alumbrao, el momento en que se encienden los 250.000 farolillos del recinto. Porque aquí todo es bastante exagerado. La portada (en la foto) es novedosa este año. Tres grandes abanicos, con 22 mil bombillas, para rendir homenaje al Sevilla Fútbol Club, que cumple cien años, apenas uno menos que la Cruzcampo. Palabras mayores. Los sevillistas decimos a los béticos que si no quieren pasar por debajo de la portada que entren a la feria por el túnel de las obras del metro (que ya tiene un socavoncito allí cerca).
El caso es que de nuevo se cumple el tópico y miles de sevillanos trasladan su casa durante siete días a una ciudad de lona de más de un millar de casetas, de las que 540 son compartidas por familias, 313 de entidades, 172 de peñas, la municipal, seis de los distritos y 14 de los servicios municipales. No se confunda. Abiertas al visitante sólo son las de los distritos, partidos políticos y algunas asociaciones. Para el resto, siga el símil de la casa: vaya si le invitan. O le/se cuela. Que tampoco es tan difícil.
Si se aburre acuda a la Calle del Infierno, con todo tipo de atracciones de feria; algunas de allende los Pirineos. Para que digiera el fino, la manzanilla o el rebujito (manzanilla con refresco de lima limón), con o sin pescaíto frito o montadito de lomo o langostinos de Sanlúcar. Dicen los consumidores que sale por un riñón. Da igual, tiene usted dos.
Tampoco se preocupe por los accesos. En las proximidades, en el Charco de la Pava, junto al río, hay 23.000 plazas de aparcamiento y un rápido y eficaz sistema de lanzaderas de autobuses públicos gratis. Hay que pagar el estacionamiento.
La feria de Sevilla nació por la gracia real de Isabel II el 5 de marzo de 1847 como feria de ganado de tres días a iniciativa del catalán Narciso Bonaplata y el vasco José María Ybarra, que nunca imaginaron este sarao. Claro que los de aquí pusimos al pronto el vino y las sevillanas. Que no es poco.

1 comentario

nemesis -

la feria de abril no es un invento catalan, que ese narciso haya cogido el relevo en la epoca de isabel II no quiere decir que sea su inventor ni mucho menos. La feria de abril comenzo como una feria de ganado, la compraventa en un recito, que con el tiempo se tomo como punto de encuentro para la fiesta de despues de pascua...