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SOLLOÍNA

Sevilla, la política como bochorno

Sevilla, la política como bochorno El Ayuntamiento de Sevilla es un lamentable espectáculo permanente. El mismo día, y poco antes de que la comisión municipal que ha indagado en el asunto de las facturas falsas detectadas en el distrito Macarena bajo mandato socialista diese a conocer sus conclusiones, la portavoz andalucista en el Consistorio, Paola Vivancos, y el portavoz adjunto, Rafael Carmona, que destaparon el caso, anuncian su "dimisión irrevocable" por la crisis interna de su propio partido. Las diferencias con la dirección sevillana del PA, que lidera José Luis Villar, se hacían insoportables. Como es habitual en los (mini) nacionalistas andaluces, los críticos -Vivancos había perdido el congreso local frente a Villar- denuncian un "pacto de silencio" entre sus dirigentes y el PSOE para dar carpetazo al asunto de las facturas. "Tenemos la certeza de que el pacto de silencio con el PSOE es una realidad. Hay confluencia de intereses de la actual dirección local con los intereses del PSOE, y esto supera todos los límites. No vamos a pasar por eso, porque es una indignidad y una traición", dice Vivancos. (En la foto).

(El periodista Carlos Mármol analiza en Diario de Sevilla las insondables claves de la constante crisis andalucista).

Los socialistas tiran cohetes: niegan el acuerdo y aprovechan para vincular las dimisiones de los ediles del PA con las presuntas irregularidades encontradas en su gestión durante el anterior Gobierno local de coalición con el propio PSOE. Han pasado de potenciales culpables de una corruptela más o menos grave (el caso está en los juzgados, y no todos duermen tranquilos) a acusadores. De acorralados políticos (con las encuestas de espaldas) a manejar los tiempos y atemperar las ínfulas de Izquierda Unida ante la nueva predisposición andalucista de pactar en la Casa Grande.

Porque a pocos preocupan ya las conclusiones de la comisión investigadora, de la que han estado ausentes por decisión propia los dos grupos de la oposición: PP y PA. Un reconocimiento de que en todos los distritos municipales de Sevilla hubo irregularidades contables, que el PSOE achaca a la falta de compromiso del PA para resolverlas. Un cierto efecto ventilador para que lo que fue una acusación contra los socialistas se haya extendido no sólo a los andalucistas, sino incluso al último Gobierno sevillano del PP. Una intención de mejorar los controles de los fondos y las facturas, con medidas concretas aprobadas en pleno.

Un respiro, vamos. Porque de esta se han librado, salvo que la jueza diga lo contrario.

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