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SOLLOÍNA

Pati difuso en mal día

Ha sido un día de emergencias varias. Pero en una revisión rápida de los últimos cataclismos reproduzco lo más lamentable de la jornada que recién termina.

* Aquilino Polaino: cualquiera llega a catedrático, incluso de Psicopatología, y le sigue la cuerda al PP en la Comisión de Justicia del Senado, donde se analizan las repercusiones de la ley que permitirá el matrimonio entre personas del mismo sexo. Según este ciudadano, si usted tiene un hijo homosexual es que es hostil alcohólico y distante. ¿Tendrá consulta el propio?

* Sólo seguí las elecciones gallegas por la radio (RNE, para ser exactos; en la SER oí algo raro llamado "SER Curiosos" cuando esperaba encontrarme a Gabilondo). No vi la tele, pero en Periodistas 21, Juan Varela denuncia que TVE marginó a Galicia e incumplió su cacareado servicio público al no ofrecer un programa especial sobre los comicios. Lleva razón. A veces da la impresión de que el dúo Llorente-Milá tiene la cabeza en otro sitio. Y no en las ballenas, precisamente.

* La Europa de Blair: Me gusta más que la de Chirac y sus agricultores que muerden la mano de las subvenciones que les llegan de los impuestos alemanes y votan no. En España, al menos fueron agradecidos con las ayudas comunitarias y ratificaron la Constitución. De los datos de los últimos días recuerdo, a vuela mente, que el 40% del presupuesto europeo va a las ayudas agrícolas. De ese porcentaje, el 24% a Francia, y el 14% a España. Benefician sólo a un 5% de la población y equivalen apenas a un 2% de la producción europea, dice Blair, quien propone que el dinero se invierta en cuestiones que preocupan a los ciudadanos como "combatir el crimen organizado, tecnología y ciencia". Defiende lo suyo, ese cheque británico de 5.000 millones de euros. Pero tiene razón en todo lo de más.

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