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SOLLOÍNA

La corrupción de GU

La corrupción de GU

"...Cualquiera que llegue a esa casa [RTVE] es inmediatamente capturado por intereses subterráneos" [que] "no son del PP ni del PSOE, ni de ningún otro grupo. De hecho, aunque carezco de pruebas, me atrevería a decir que quizá no haya ningún sitio en España con más corrupción que en esa casa, una corrupción morfológica, desde el principio al fin, de esas que casi no se perciben, pero de la que todos son partícipes".(...) "Una corrupción por otro lado justificada porque es mucho el dinero que hay en juego y que se reparte, y una corrupción que existe desde siempre, desde hace 30 años, que la democracia ha soportado perfectamente y que, supongo, también soportaría otro régimen, salvo que alguien dijera que ya está bien de malgastar dinero público".

Es la miserable opinión de Fernando González Urbaneja, [en la foto], presidente de la Federación de Asociaciones de la Prensa y de la Asociación de la Prensa de Madrid, vertida ayer en la Comisión de la Sociedad de la Información y del Conocimiento del Senado.

El que fuera miembro del Comité de Sabios que elaboró, a propuesta del Gobierno, el informe sobre RTVE -con voto particular en contra de la mayoría y favor de una reconversión radical- ofrece un nuevo ejemplo del (corrupto, ese sí: más con personajes como GU) nivel del periodismo español: Carece de pruebas, pero no tiene reparos en acusar de corrupción a más de 9.000 trabajadores de una empresa pública (el que suscribe entre ellos). Podría dar clases de ética a licenciados en prácticas (gratuitas, claro, para que él pueda cobrar sus columnas a precio de autoridad). Porque ése es el periodismo que propugna el máximo guía de la profesión, el que con más habilidad está aprovechando las prebendas del cargo. 

En su estilo habitual, GU (no de gusano, no, pero sería debatible; en el Senado, por supuesto, que es Cámara noble) no se va a los tribunales, con nombres y apellidos, -quizá conozca a algunos-, ni denuncia la gestión de directivos concretos (tantos tan lamentables) ni las masivas contrataciones de tertulianos afines y de productoras allegadas ni las responsabilidades exactas del progresivo hundimiento del grupo audiovisual público, que las hay. Nada de eso. GU coloca el ventilador para espacir su mierda y, de paso, desviar la atención sobre las causas reales de que RTVE necesite cambios tan profundos. 

Pero ya que no quiere adentrarse en estos asuntos, GU podría explicar de dónde salen los fondos que alegremente maneja en la APM y la FAPE para editar costosas revistas, informes sobre la profesión que el propio presidente va desmientiendo en la gira de presentación (no hace mucho estuvo en la Facultad de Comunicación de Sevilla, donde fue vapuleado, dialécticamente hablando, por varios periodistas), organizar saraos y otros eventos consuetudinarios. Y siempre para avalar, defender o apoyar las posiciones de los grandes grupos privados, amparado en un falso liberalismo y en la demogogia facilona de atentar contra medios y profesionales en dificultades.

Vera usted, señor González Urbaneja, si aquí hay algún corrupto es usted. Morfológicamente hablando, claro. Aunque carezco de pruebas. Por ahora. 

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