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SOLLOÍNA

Malas compañías

En un escrito en el que califica la brutal agresión de cuatro jóvenes a otros dos muchachos, la Fiscalía de Menores de Sevilla indica que los procesados, de 17 años cuando ocurrieron los hechos, pertenecen a "familias estructuradas" que sin embargo han ejercido un "control escaso" sobre sus hijos, que como consecuencia de ello se relacionan con amigos "de riesgo" y presentan un "deficiente control de sus impulsos". Así lo relata el teletipo de la Agencia Efe y lo reproduce ABC.

El fiscal parce haber leido "La tabla rasa", de Steven Pinker. Dice el neurocientífico norteamericano:

"El hecho de que los adolescentes fumen, tengan roces con la justicia o cometan delitos graves depende mucho más de lo que hacen sus iguales que de lo que hagan sus padres".

Y añade, con cautela: "No estoy convencido de que los iguales expliquen cómo desarrollan los niños su personalidad".

Se da el caso de que estos jovenzuelos pertenecen a conocidas y pudientes familias sevillanas y me faltan datos para saber si sus amigos "de riesgo" son sus iguales u otros a los que se puedan aplicar viejas eximentes, como la marginalidad o la pobreza o un padre alcohólico y maltratador.

Más bien solos que acompañados, los cuatro angelitos golpearon brutalmente a dos jóvenes por una discusión de tráfico. A uno le partieron el cúbito y el otro conserva tres cicatrices en la cara. Dos semanas después, volvieron a dar otra paliza a un chaval que salió en defensa de una pareja a la que acosaban.

Por la primera agresión el fiscal solicita, para dos de ellos, dos años de internamiento en un centro semiabierto, y para los otros dos, 18 meses de libertad vigilada, con participación "en un programa de habilidades sociales y taller de control de impulsos".  

La autoridad tendrá que estar atenta a las nuevas compañías de los muchachos y a sus aprendizajes. Pero sobre todo a los misterios que configuran su personalidad.  A la radical naturaleza humana.

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