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SOLLOÍNA

Yo (también) tengo un sueño

<< Hoy les digo a ustedes, amigos míos, que a pesar de las dificultades del momento, yo aún tengo un sueño. Es un sueño profundamente arraigado en el sueño "americano". Sueño que un día esta nación se levantará y vivirá el verdadero significado de su credo: "Afirmamos que estas verdades son evidentes: que todos los hombres son creados iguales". (...)

Sueño que mis cuatro hijos vivirán un día en un país en el cual no serán juzgados por el color de su piel, sino por los rasgos de su personalidad. (...)

Cuando repique la libertad y la dejemos repicar en cada aldea y en cada caserío, en cada estado y en cada ciudad, podremos acelerar la llegada del día cuando todos los hijos de Dios, negros y blancos, judíos y cristianos, protestantes y católicos, puedan unir sus manos y cantar las palabras del viejo espiritual negro: "¡Libres al fin! ¡Libres al fin! Gracias a Dios omnipotente, ¡somos libres al fin!"  >>

Martin Lhuter King, Tengo un sueño.

Parece que corresponde a Obama hacerlo realidad.

Mi natural pesimismo, tantas veces refrendado por la realidad, y la naturaleza humana me hacen desconfiar del prodigio (quedo a la espera de los primeros artículos desencantados), sin abandonar la certeza de que vivimos una extraña pesadilla gris plena de esperanza.

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