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SOLLOÍNA

El adiós de Enric González

"La dirección de este periódico considera que conviene aprovechar al máximo el espacio de papel, cada vez más escaso, y que estas líneas serán de mayor provecho si se dedican a la televisión en lugar de a peroratas más o menos excéntricas. Se me ha ofrecido volver a ser corresponsal en el extranjero, el empleo al que me he dedicado durante casi dos décadas, y he aceptado. Me largo a Jerusalén en enero. Alguna vez dije en este mismo espacio que no hay que preocuparse si desaparece del periódico alguna opinión, porque cada uno tiene ya la suya. Sigo pensándolo. Creo que hace más falta la información y, dentro de mis posibilidades, en el nuevo destino intentaré conseguirla, comprenderla, escribirla y publicarla". (Canario).

El articulista de El País anuncia su traslado en la columna de hoy. Los veteranos lectores del periódico volvemos a sufrir otro desplante de un equipo directivo que va a la deriva, enmedio de una supuesta modernización que pretende convertirnos en traductores de sms. Lo alertó -otro más- el pasado domingo Javier Marías:

"Es normal que lo que no me gusta de El País me preocupe, no tiene nada de particular. Les sucede a los que son sólo lectores, como demuestran sus Cartas al Director y sus quejas a la Defensora. En los últimos tiempos encuentro cada vez más motivos de preocupación: de tendencia, de estilo, de contenido, de foco o atención". (Que no me entero).

Ahora se va Enric González, uno de los mejores columnistas del diario. Cierto, lo hace a Jerusalén, uno de los centros de la actualidad mundial. Y seguro que lo hará igual de bien que en Londres, Roma o Nueva York. Pero en este país de opinadores recalcitrantes, de voceadores atrincherados, necesitamos razonamientos independientes y argumentos equilibrados. Echaremos de menos su "disidencia elegante y leal de algunas de las concreciones del pensamiento dominante en el diario, su escritura clara y bienhumorada y su capacidad de interesar a los lectores", en palabras de Arcadi Espada. Sea para desentrañarnos los secretos del fútbol, sea para descubrirnos lo mejor del periodismo. Como revela esta galería de artículos.

Una vez le censuraron y salió del embrollo con dignidad y "Derechos". Así:

"Cuando se está en precario conviene establecer prioridades. Y, francamente, las opiniones no son ahora mismo un bien escaso. Lo que está en peligro, lo que debemos defender, es la información. Es decir, los cimientos de la prensa. Los periódicos nacieron para difundir noticias portuarias, comerciales y sociales, no para la batalla ideológica: eso llegó después. Necesitamos saber lo que hace el Gobierno, y eso nunca lo dirá ningún Gobierno; necesitamos disponer de datos fehacientes sobre la banca, las empresas, la justicia, el sistema sanitario, sobre los delincuentes que nunca pagarán su crimen y sobre los otros delincuentes, los que sólo pueden usar la violencia. Necesitamos datos. Necesitamos periodismo.

No se preocupen si un día echan en falta una opinión: tienen de sobra por ahí y, sobre todo, ya tienen ustedes la suya. Preocúpense por lo otro, por lo que nos hace realmente falta. Como decía Manuel Vázquez Montalbán, estamos rodeados. Falta por ver si este asedio acabará como Numancia o como Stalingrado".

De momento se defenderá desde Jerusalén, que no es mal sitio para el combate, aunque aquí nos quedaremos sin un referente del mejor columnismo que se hace hoy en España.

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