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SOLLOÍNA

Ni término ni tasa

La agria disputa que ha enfrentado a los miembros del Consejo Audiovisual de Andalucía (CAA) se ha saldado, de momento, con la dimisión “irrevocable” de su presidente. El catedrático Manuel Ángel Vázquez Medel, anunció ayer por sorpresa ante el Parlamento regional que dejaba el cargo ante la "imposibilidad" de desarrollar la labor que le fue encomendada debido a "los ataques injustos y desmesurados que he sufrido". El CAA fue creado en la anterior legislatura, a instancias de presidente de la Junta, Manuel Chaves, como impulso a la transparencia informativa dentro del paquete de leyes de regeneración democrática. Luego fue uno de los organismos que encontraron cobijo en el consensuado nuevo Estatuto de Autonomía, como piedra angular de la nueva Andalucía.

Ahora la Cámara regional deberá designar otro presidente del CAA, pero también el del Consejo de Administración de la RTVA y el director general de esta radio televisión pública.

Aunque gobierno y oposición claman por el consenso y la independencia, el puzzle tiene difícil encaje mientras resuenan los ecos de la despedida de Vázque Medel como el caballo cuatralbo de Alberti:

"Si para todo hay término y hay tasa

y última vez y nunca más y olvido

¿quién nos dirá de quién, en esta casa,

sin saberlo, nos hemos despedido?

 

En más de una ocasión he pensado que el CAA era una excepción al poema borgiano: parece que no hay término ni hay tasa para ciertos comportamientos incalificables por parte de quienes están obligados a una alta ejemplaridad ética en una institución que sólo desde su independencia y su prestigio puede cumplir con eficacia la misión que le ha sido encomendada. (...)

 

Parece que no hay término ni tasa en la utilización, muchas veces mezquina, de nuestra institución para una confrontación partidista que –no me cansaré de repetirlo- siendo legítima y hasta necesaria en otros ámbitos, desvirtúa gravemente a una autoridad independiente de regulación. (...)

Entiendo que con los medios e instrumentos y, sobre todo, con el clima de enfrentamientos actualmente existente no me es posible cumplir el mandato que entendí me encomendaba el Parlamento, en el marco de la Ley 1/2004.

En muchas ocasiones mis amigos me han oído decir que sabía de las dificultades de este proyecto; que valía la pena intentarlo… y que si llegaba el momento, procuraría marcharme con la dignidad con que llegué a la institución y con la que he procurado mantenerme en ella, incluso en momentos de ataques injustos y desmesurados.

Ha llegado el tiempo de decir adiós.

Anuncio ante el Parlamento de Andalucía mi dimisión irrevocable como miembro del Consejo Audiovisual de Andalucía y, en consecuencia, como Presidente, ante la imposibilidad de poder desarrollar el proyecto para el que fui llamado. En los próximos días formalizaré, como procede, mi renuncia".

 

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