Blogia
SOLLOÍNA

De Luis Rosales

El centenario del nacimiento del poeta granadino es la excusa perfecta para recuperar la obra de un autor que vivió bajo el estigma de las falsas acusaciones que le vinculaban -a él y a su familia- con el asesinato de García Lorca. Llegué a su poesía a finales de la década de 1970 a través de otro escritor que me deslumbró en aquellos años inciertos de una juventud recién estrenada, su amigo y colaborador Félix Grande. Profundicé en Rosales durante el verano que pasé en Cercedilla (Madrid), pueblo de la sierra en el que el poeta descansaba y está enterrado, y donde tengo vínculos familiares. La bibliotecaria del municipio me regaló numerosos ejemplares de Cuadernos Hispanoamericanos, la revista que dirigió el autor, y que se humedecían en el sótano. Conservo algunos. Otros se fueron extraviando en varios traslados urgentes. Siempre permaneció conmigo su mejor obra, La casa encendida. Vaya en su homenaje.   

Porque todo es igual y tú lo sabes

PORQUE TODO ES IGUAL Y TÚ LO SABES,
has llegado a tu casa y has cerrado la puerta
con aquel mismo gesto con que se tira un día,
con que se quita la hoja atrasada al calendario
cuando todo es igual y tú lo sabes.
Has llegado a tu casa,
y, al entrar,
has sentido la extrañeza de tus pasos
que estaban ya sonando en el pasillo antes de que llegaras,
y encendiste la luz, para volver a comprobar
que todas las cosas están exactamente colocadas, como estarán dentro de un año,
y después,
te has bañado, respetuosa y tristemente, lo mismo que un suicida,
y has mirado tus libros como miran los árboles sus hojas,
y te has sentido solo,
humanamente solo,
definitivamente solo porque todo es igual y tú lo sabes.

Autobiografía

Como el náufrago metódico que contase las olas
que faltan para morir,
y las contase, y las volviese a contar, para evitar
errores, hasta la última,
hasta aquella que tiene la estatura de un niño
y le besa y le cubre la frente,
así he vivido yo con una vaga prudencia de
caballo de cartón en el baño,
sabiendo que jamás me he equivocado en nada,
sino en las cosas que yo más quería.

(Más en El Cultural)

0 comentarios