Cultura escatológica
Lo escribió Theodor Adorno en célebre frase: Toda cultura después de Auschwitz es mierda. Y el Departamento de Filología de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Huelva parece haber asumido la idea y amparado en los postulados del realismo sucio norteamericano ha convocado a sesudos catedráticos y profesores a un curso sobre "Historia de la mierda. Cultura y Transgresión", que reúne estos días a 600 suponemos que interesados alumnos.
El coordinador del seminario, Luis Gómez Canseco, lo tiene claro: el objetivo es plantear una visión alternativa de un elemento esencial que a pesar de su enorme importancia literaria, psicológica, biológica y cultural, suele obviarse en los estudios humanísticos y científicos. "La mierda es tan importante que si no hubiera mierda moriríamos", concluye. Los excrementos, de los que aquí encontramos una detallada división de sus diversas cualidades, han estado presentes en las poesías latina y griega; en la española hay continuas referencias desde los siglos XIII y XIV; Quevedo, Cervantes, Freud los adoptan en sus legados literarios.
Todo para desarrollar ponencias de sonoros títulos: "Del vientre al diccionario, paseo por el campo de la defecación", "Concacavi me! Mierda en la Literatura Latina", "Biología de la mierda", "Pasajes oscuros: Simbólica del desagüe en la poesía transicional española", o "Heces humanas y efluvios metafísicos: Sexo, mierda y poesía". En la sección de cine proyectan "Saló", de Passolini (Foto: cartel), "Pink Flamingos" y "Delicias turcas".
Pero si la literatura evacuada no es suficiente, podemos hacer rentable la mierda, como la NASA, que está trabajando en el desarrollo de un sistema capaz de extraer combustible a partir de una bacteria presente en los excrementos humanos. Unificaremos entonces el aroma de la nueva cultura. Eso será objeto de otro de los originales cursos de los filólogos onubenses, que ya han organizado otros sobre "Del amor y sus locuras" o "Satanás. Encarnaciones del Mal en la historia de la Cultura".
El coordinador del seminario, Luis Gómez Canseco, lo tiene claro: el objetivo es plantear una visión alternativa de un elemento esencial que a pesar de su enorme importancia literaria, psicológica, biológica y cultural, suele obviarse en los estudios humanísticos y científicos. "La mierda es tan importante que si no hubiera mierda moriríamos", concluye. Los excrementos, de los que aquí encontramos una detallada división de sus diversas cualidades, han estado presentes en las poesías latina y griega; en la española hay continuas referencias desde los siglos XIII y XIV; Quevedo, Cervantes, Freud los adoptan en sus legados literarios.
Todo para desarrollar ponencias de sonoros títulos: "Del vientre al diccionario, paseo por el campo de la defecación", "Concacavi me! Mierda en la Literatura Latina", "Biología de la mierda", "Pasajes oscuros: Simbólica del desagüe en la poesía transicional española", o "Heces humanas y efluvios metafísicos: Sexo, mierda y poesía". En la sección de cine proyectan "Saló", de Passolini (Foto: cartel), "Pink Flamingos" y "Delicias turcas".
Pero si la literatura evacuada no es suficiente, podemos hacer rentable la mierda, como la NASA, que está trabajando en el desarrollo de un sistema capaz de extraer combustible a partir de una bacteria presente en los excrementos humanos. Unificaremos entonces el aroma de la nueva cultura. Eso será objeto de otro de los originales cursos de los filólogos onubenses, que ya han organizado otros sobre "Del amor y sus locuras" o "Satanás. Encarnaciones del Mal en la historia de la Cultura".
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