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El vacuo código del Consejo

El Consejo Audiovisual de Andalucía aprobó el pasado 10 de noviembre en el primer pleno celebrado en Cádiz su código deontológico, una norma de autorregulación ética que pretende garantizar la independencia de este organismo, que tiene como objetivos velar por el respeto de los derechos, libertades y valores constitucionales y estatutarios en los medios audiovisuales andaluces y el cumplimiento de la normativa vigente en materia audiovisual y de publicidad. El acto de Cádiz  coincidía con la conmemoración en esta ciudad del 195 aniversario del decreto de libertad de prensa e imprenta que aprobaron los diputados de las Cortes de 1812 reunidos en la isla de San Fernando.

Extraigo el decálogo de la noticia que El País publicó el día 11. Que yo sepa a día de hoy, ningún otro medio se ha hecho eco de un acuerdo de esta relevancia, lo que revela el escaso interés, cuando no la desconfianza, que despierta este consejo de 11 miembros presididos por el catedrático Manuel Ángel Vázquez Medel. Todos ellos han sido propuestos por los partidos políticos representados en el Parlamento andaluz.  He aquí el código:
1.- Los consejeros se comprometen a velar por los Derechos Humanos y las libertades y a evitar todo tipo de discriminación.
2.- Recoge la vocación de servicio público: “Nuestras decisiones están orientadas a satisfacer los intereses generales de los ciudadanos, a la vez que garantizamos el acceso de los ciudadanos al consejo”.
3.- Dedicación exclusiva de los consejeros, que deberán abstenerse de actividades privadas o intereses que puedan suponer un conflicto de intereses con el cargo público.
4.- Defensa de la igualdad de hombres y mujeres y “la búsqueda de los procedimientos para remover los obstáculos de género”
5.- Los consejeros se someterán a las mismas exigencias ciudadanas en todo tipo de obligaciones financieras, patrimoniales y negocios jurídicos.
6.- No aceptarán ningún trato de favor o situación que implique privilegio o ventaja injustificada.
7.- Actuarán de acuerdo con principios de eficacia, economía, eficiencia, austeridad y velarán por el interés general.
8.- Se comprometen a la transparencia en cuanto a ingresos y patrimonio.
9.- Se exigen reserva y discreción en relación con todos los datos e informes que conozcan en función de su cargo.
10.- Renuncian al trato protocolario de ilustrísimo por “señor o señora más cargo o empleo”.

El Consejo Audiovisual pretende que este código -un aligerado compedio de vacuas obviedades- sirva de modelo o ejemplo para la autorregulación futura de todos los medios de comunicación andaluces con la premisa de “defender la profesión periodística” y “velar por los colectivos más desfavorecidos e indefensos”.

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