ZP anuncia el diálogo con ETA
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha utilizado el vestíbulo del Congreso para anunciar que abre las negociaciones con ETA, no la tribuna, en un debate abierto, que era el lugar adecuado, para que todas las fuerzas políticas democráticas expusieran sus puntos de partida. Ahora todo queda en un mediático cruce de declaraciones que puede traer más confusión que claridad a un proceso ya de por sí complejo. La promesa era comparecer ante el Parlamento no en el Parlamento. Y parlamentar. Lo que justamente quiere hacer el presiente con los terroristas, y ojalá acierte.
Esta es parte de su declaración:
"En estos largos años todos los gobiernos han intentado alcanzar la paz desde un compromiso amplio de convivencia, manteniendo un principio esencial, la democracia no va a pagar ningún precio político por alcanzar la paz y defendiendo que el proceso de pacificación y normalización del País Vasco es una tarea de todas las fuerzas políticas, así se ha recogido en distintas resoluciones institucionales, precisamente al amparo de la resolución adoptada por el Congreso de los Diputados en mayo de 2005.
Quiero anunciarles que el Gobierno va a iniciar un diálogo con ETA manteniendo el principio irrenunciable de que las cuestiones políticas sólo se resuelven con los representantes legítimos de la voluntad popular. Así lo ha anunciado el ministro del Interior a todas las fuerzas políticas con representación parlamentaria esta mañana. Quiero agradecer la actitud de todas las fuerzas políticas y quiero subrayar que la forma de realizar este anuncio a la opinión publica es responsabilidad exclusiva del Gobierno.
He reiterado en más de una ocasión que el proceso va a ser largo, duro y difícil. Lo abordaremos con decisión y con prudencia, con unidad y con lealtad y siempre, siempre, respetando la memoria de la víctimas. Quiero también establecer principios básicos sobre el futuro de Euskadi y para ello quiero hacer una apelación a los ciudadanos, a las formaciones políticas y a la sociedad vasca en general.
Los ciudadanos de Euskadi disfrutan del mayor autogobierno que han tenido nunca en su historia, con el Estatuto de Guernica elaborado al amparo de la Constitución de 1978, decidieron, los ciudadanos vascos, libremente su futuro. Desgraciadamente, ha persistido la violencia, la coacción y el terror. Tenemos la oportunidad de poner fin a esta situación y desde los principios del pasado, desde los principios democráticos, les digo que el Gobierno respetará las decisiones de los ciudadanos vascos que adopten libremente, respetando las normas y procedimientos legales, los métodos democráticos, los derechos y libertades de los ciudadanos, y en ausencia de todo tipo de violencia y de coacción.
En más de una ocasión me han escuchado decir que el futuro de Euskadi exige un gran acuerdo de convivencia político. Concretamente, en el debate sobre el Plan Ibarretxe, si vivimos juntos, afirmé en aquella ocasión, decidimos juntos un gran acuerdo político de convivencia. Por eso el Gobierno entiende que los acuerdos entre las distintas formaciones políticas de Euskadi han de alcanzarse con el máximo consenso posible, respetando la pluralidad política de Euskadi, y en igualdad de oportunidades para todas las formaciones, voluntad democrática, sujeción a la legalidad, amplio acuerdo político que recoja el pluralismo de la sociedad vasca; esas son las reglas, reglas que valen también para la participación en la vida política institucional, para las formaciones políticas".
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