Carne de perro
Hace mucho, demasiado, que el periodismo español abandonó la vieja máxima de "perro no come carne de perro". De seguir así, se devorarán crudos. La unísona reacción de los columnistas de la derecha contra las mujeres del Gobierno de Zapatero ha llevado al Director de la Cadena Ser, Daniel Anido, a responder con un artículo de insólito lenguaje y extrema dureza.
"La baba en la pluma"
"Cuando fluye la baba y el periodismo se acojona la tiniebla va cubriendo el espacio vacío; un territorio abandonado que ocupan pajilleros, reprimidos, grasientos, puteros, siniestros, cobardes y acomplejados, con nombres y apellidos.
Son de ilustres burgos, ansones, losantos, pejotas, usias y alguna que otra schlichting, pero segregan ese líquido viscoso y corrompido por la comisura de sus parpados, acentuando el asco que desprende su mirada. (...)
Cuando el periodismo se acojona delante de estos usurpadores del oficio, la cloaca extiende su dominio, se adueña de la plaza pública y construye allí su pasatiempo favorito: el juego delictivo del insulto, donde prevalece y se premia la discriminación por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social, como pueden ser la orientación sexual, la fe o falta de ella, la ideología, la gestación, la edad, el nombre o el apellido.
Cuando el periodismo se acojona delante de estos mediocres, que confunden la baba con el intelecto, nuestra profesión pierde el futuro; los ciudadanos, su libertad, y la democracia, el sentido.
El periodismo tiene que hacer frente a la contaminación que desprenden estos exhibicionistas de la baba en la pluma, a la perversión que esconden bajo el necesario paraguas de la libertad de expresión".
Como tantas veces, ha tenido que venir Soledad Gallego-Díaz a situar el debate en sus justos términos. Así comienza El embarazo y la agilidad:
"¿A qué viene tanto revuelo por que la ministra de Defensa esté embarazada? Esperar un hijo no inhabilita para pensar, leer, hablar o tomar decisiones. No nubla el entendimiento ni perjudica la inteligencia. No afecta, ni para bien ni para mal, a la honradez o la competencia profesional".
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