Fugacidad
Por el paso de cebra, de espaldas.
Firme. Altiva. Presurosa.
Como si dominara un mundo
de cartón piedra.
¿Y si la sonrisa primera se le tornó en lágrima?
Firme. Altiva. Presurosa.
Como si dominara un mundo
de cartón piedra.
¿Y si la sonrisa primera se le tornó en lágrima?
6 comentarios
Anónimo -
Anónimo -
Adefesio -
Esther -
Las mujeres desaparecemos a voluntad y sin lágrimas. Vosotros seguís imaginando (deseando quizás) que lloramos en silencio.
It´s the end. Adios y punto. Sin más lágrimas que las que contiene el que se despide y vigila la espalda huérfana, sola; o deseando estar sola de una vez sin esos ojos repetidos que persiguen su espalda, inquietando o amenazando.
¡Qué extraordinariamente ciegos y sordos son los hombres!
Él no admite llorar. Desea que ella llore. No hay lágrimas. Sólo la espalda como un muro infranqueable.
herejemías -
Intuyo su latido. Sesgo semántico. Su sollismo intrínseco. Creo que procede de la Córdoba de los magos.
¿Lo incluirá el autor en su Artaud particular?
Anónimo -
Todo es droga dice Michaux en Plume- para quien escoge vivir en el otro lado.
Quizá el mundo, este mundo en el tiempo, no esté hecho para el ser humano, quizá esté concebido por otros para otros.
La literatura de Michaux evoca la fuerza, la energía, la materia por la que siempre giran las grandes rutas de los circuitos espaciales. Un espacio con un universo central no creado en el tiempo- con afinidad a lo eterno, sin principio ni fin, rodeado de cientos de miles de esferas cosidas a manchas o cuerpos oscuros en gravedad.