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SOLLOÍNA

Quixote

En un lugar de la Mancha, a la puerta de su hacienda y frente a un horizonte
de molinos rehabilitados para turistas, don Alonso Quijano, malhumorado y triste,
murmura: "Oh, Dulcinea, ¿qué le he (h)echo yo a Carmen Calvo y a tantos otros para que me aireen en la plaza pública sin reparo ni comedimiento tantos siglos después?".

1 comentario

Anónimo -

ese "echo" parece más subliminal que falta ortográfica.
¿Qué le echo a Carmen Calvo? quiso decir en realidad nuestro sollismo