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SOLLOÍNA

Mala conciencia

La Diputación de Cádiz ha vivido una de esas turbulencias políticas pringadas de demagogia hasta la exasperación a las que tanto nos tienen acostumbrados los políticos patrios. Su Junta de Portavoces aprobó, en decisión unánime de todos los grupos, la concesión de los galardones del Día de la provincia, que se conmemora el 19 de marzo en homenaje a la Pepa, la Constitución de 1812. Entre los premiados figuraba Sebastián Rodríguez Veloso, nadador paralímpico que obtuvo tres medallas en Atenas 2004. Quien quisiera saberlo, porque se recordó durante estos juegos hasta la saciedad (reportajes en medios de comunicación de todo tipo incluidos: había trascendido cuatro años antes, en octubre de 2000, recién concluidos los Paralímpicos de Sydney, donde consiguió cinco medallas de oro), sabía que Rodríguez Veloso había sido miembro de la banda terrorista GRAPO, ahora prácticamente desarticulada y sin actividad. Todo el mundo razonablemente informado sabía, si quería –o necesitaba saberlo, más si piensa condecorarlo-, que Rodríguez Veloso quedó impedido tras una larga huelga de hambre en prisión. E incluso se podía conocer –sobre todo si le vas a rendir homenaje público- que Rodríguez Veloso fue condenado a 84 años de prisión, de los que cumplió diez, hasta 1994, por su participación en el asesinato de Rafael Padura, presidente de la Confederación Sevillana de Empresarios, muerto a tiros el 5 de septiembre de 1984 en la capital andaluza a manos de terroristas del GRAPO.
De pronto, todos parecieron olvidarlo. De pronto, todos lo recordaron.
Nada más trascender que este hombre, que reside en Vigo y está perfectamente integrado, recibiría la placa de oro de la Provincia de Cádiz, junto a otros deportistas paralímpicos, alguien desempolvó también esta parte de su ominoso pasado. Las organizaciones empresariales andaluzas rechazaron la designación y exigieron una retractación. El PP gaditano, con la alcaldesa, Teófila Martínez, a la cabeza, se sumó y trató de desmarcarse de la unanimidad alegando que desconocían los nombres de los premiados. El presidente de la Diputación de Cádiz, Francisco González Cabañas (PSOE), también apeló al desconocimiento de los datos y propuso la retirada del reconocimiento a Rodríguez Veloso, lo que ha sido aprobado esta semana por la Junta de Portavoces, otra vez con votos unánimes. El propio afectado renunció a la condecoración si era objeto de disputa política e insistió en que nunca ocultó su pasado, aunque ahora lo principal en su vida es el deporte. La prensa socialdemócrata destacó esos días que el ex GRAPO recibió un homenaje de todos los grupos políticos en Vigo, donde cuenta con el respaldo de un militante del PP que presidía una asociación de minusválidos físicos. El socialista González Cabañas reproduce la mala conciencia que causa el asunto. Pide respeto para Rodríguez Veloso, de quien asegura que “ha pagado por los errores cometidos”. Es el nuevo talante. Pero se precipita al viejo, retrógrado y conservador, cuando apoya la anulación del premio por el rechazo social y las críticas suscitadas. El Día de la Provincia que festeja a la Pepa no puede ser objeto de polémica. Pero sí devolver a la galerna del pasado a un ex terrorista que estuvo en la cárcel y que ha conseguido rehacer su vida aun paralítico.
De paso, oigo en la Ser, con Gemma Nierga, al ministro Alonso, de Interior, ex magistrado progre de sentencias reinsertables, que apela –sin referirse ex profeso a este asunto, del que no se le pregunta- a la necesaria humanización de la justicia penal, a las oportunidades de rehabilitación que ha de ofrecerse al delincuente. (No hace distinciones; no a priori; tampoco se le interroga en concreto, pero no debería hacerlas si de delincuencia hablamos y no de política). Su trayectoria, la del ministro Alonso, el amigo de estudios de ZP, avala que supongamos sin riesgo a que nos corrija que este juez en excedencia apoyaría a un ex terrorista, ahora destacado nadador inválido y medallista paralímpico. Podría explicárselo de paso a su compañero González Cabañas. Porque ¿qué no daríamos para que los etarras, todos, se dedicaran al deporte, con sus reconocimientos y agasajos tras la obtención de un triunfo? E incluso, y quizá mejor, a la política y su implícito debate democrático e intercambio pacífico de pareceres sobre los eventos consuetudinarios que acontecen en la rúa. Previa entrega de las armas y post cumplimiento de la correspondiente sentencia judicial. Para cuando llegue el caso, que alguien le regale un libro de Concepción Arenal y el "Juan de Mairena" al presidente de la Diputación de Cádiz.

2 comentarios

rodriguez -

Con esta desiciones que se hace de perdonar a los asesinos teroristas, porque hacen huelga de hambre, tenemos, que si alguien quiere matar y no cumplir los años de cércel, ya que no saldría vivo por el tempo de condena, puies !nada, yo hago esta huelga, y a los pocos días, a la calle! y en cima me dan un homenaje y un reconocimiento heróico, !ole viva españa y los españoles que votan a estos malos politicos.

Anónimo -

lo de la concha y el juanillo de mairena es de mala, mala, compañera.