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SOLLOÍNA

Rebeliones

Está de moda entre algunos sectores de la derecha llamar a la rebelión contra el Gobierno de Zapatero. Supongo que apelan a una rebelión cívica o democrática, aunque no todos en esa misma derecha muestran semenjante actitud. Uno de los últimos en sumarse a la campaña es el (casi siempre) agudo Arcadi Espada, que, en su columna de hoy en El Mundo sobre Sanidad y las hamburguesas de Burger King, remata: "Análisis de grasas, metros cuadrados, presencia de bacterias, contratos de explotación: lo que debe hacer un Gobierno. Todo lo demás no son más que argumentos para la rebelión contra este Gobierno en fondo y forma vegetal".

Claro que puestos a argumentar rebeliones, prefiero partir de la comida basura, que de las manipulaciones del presidente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, Francisco José Alcaraz, siempre presto a hacer de vocero de las paranoias conspirativas y a aprovechar el drama de sus representados. En la revista Época desgrana sus convicciones [vía Escolar]: "El 11-M fue un atentado con 191 muertos (luego se sumó uno más, el geo de Leganés). Hasta el momento, si bien se puede atribuir a quienes van a ser juzgados por la Audiencia Nacional, no está todo investigado. Creemos que hay algunas conexiones que se han pasado por alto, y que hay una voluntad por parte del Gobierno y de algunos miembros de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado de desvincular cualquier relación con otra banda terrorista. El Gobierno tiene la voluntad de indultar a la serpiente (ETA) y de que no haya ningún resquicio ni tipo de posibilidad de que la banda terrorista pudiera haber alentado o contribuido a los atentados de forma indirecta. Una banda con 40 años de terrorismo a sus espaldas, y con elementos donde se dan paralelismos respecto a otros atentados, e incluso en el modus operandi... Y, lógicamente, ante el proceso de negociación, que requería precisamente de un atentado como ése para dar continuidad al mismo - si no, no tendría sentido-. Por ello, como hacen las aseguradoras ante cualquier muerte en circunstancias extrañas, habría que investigar a quienes realmente se beneficiarían del atentado sin descartar a nadie.

(...) La hipotética participación de ETA sería más bien intelectual. Necesitaba ese atentado, pues era quien se beneficiaba por el proyecto de negociación. Pero ellos no podían llevarlo a cabo, porque cualquier resquicio que dejara un nexo de unión entre ETA y el atentado se le volvería en contra, tendría un efecto bumerán. (...) ETA necesitaba que el PSOE llegara al poder".

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