Un Holter en el corazón

Latidos irregulares explica el galeno sin precisar. ¿Leerá el Holter la languidez de la astenia primaveral azucarada por el olor de los azahares? ¿Descifrará la esperanza o la congoja en el día que declina? ¿La fría memoria del bisturí que espera o el cálido despertar de los sueños compartidos? ¿Anotará acaso este artilugio que serpetea cables sobre mi pecho el (desa) sosiego del amor y la muerte en el temblor de las manos, el sesgo de la mirada, la apaciguada furia de la palpitación? Bradicardia sinusual congética dirá el cardiólogo otra vez. Como si nada. Y las preguntas se irán con el mar del verano. Sin respuestas. Como siempre.
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