El Papa ha muerto
Juan Pablo II ha fallecido a las 21.37 horas del 2 de abril de 2005. A los 84 años de edad. Su funeral se celebrará el miércoles 6 de abril en la Basílica de San Pedro.
Lo he oido ayer noche en un flash de urgencia en la Cadena Ser, que interrumpe la retransmisión del fútbol. También lo hace Canal Sur Televisión, que entrevista en directo a Carlos Amigo Vallejo, cardenal arzobispo de Sevilla, y relega el partido del sábado a Canal 2 Andalucía. Imágenes monótonas nos atraen. No hay luz. Todas las cadenas reproducen la señal que facilita la cadena vaticana. Enviados especiales reiteran lo leído y conocido. Como una letanía. Sin aportaciones ni innovaciones audiovisuales ni aportaciones distintas. Apenas lágrimas o anécdotas. Bustos parlantes. La compra de azoteas o terrazas por parte de televisiones que van a mostrar al mundo una reiteración constante. Como la agonía ida. Como las dudas suscitadas y aún en el aire.
A la pena de los católicos por la pérdida de Karol Wojtyla se suma la duda de quién será su sustituto. El hombre nuevo, el influyente. Lo sabremos en unas semanas. Quizá con sorpresa. Como suele ser habitual en el Vaticano. Con la relevancia e influencia en todo el mundo. Pero sin despejar la incógnita hasta que haya fumata blanca.
Leo y pienso sobre el devenir: los misterios, las incógnitas, los mitos. Mientras, no puedo olvidar la frase de Margarita Yourcenar en sus "Memorias de Adriano": Los dioses no estaban ya y Cristo no estaba todavía y de Cicerón a Marco Aurelio hubo un momento único en que el hombre estaba solo.
Lo he oido ayer noche en un flash de urgencia en la Cadena Ser, que interrumpe la retransmisión del fútbol. También lo hace Canal Sur Televisión, que entrevista en directo a Carlos Amigo Vallejo, cardenal arzobispo de Sevilla, y relega el partido del sábado a Canal 2 Andalucía. Imágenes monótonas nos atraen. No hay luz. Todas las cadenas reproducen la señal que facilita la cadena vaticana. Enviados especiales reiteran lo leído y conocido. Como una letanía. Sin aportaciones ni innovaciones audiovisuales ni aportaciones distintas. Apenas lágrimas o anécdotas. Bustos parlantes. La compra de azoteas o terrazas por parte de televisiones que van a mostrar al mundo una reiteración constante. Como la agonía ida. Como las dudas suscitadas y aún en el aire.
A la pena de los católicos por la pérdida de Karol Wojtyla se suma la duda de quién será su sustituto. El hombre nuevo, el influyente. Lo sabremos en unas semanas. Quizá con sorpresa. Como suele ser habitual en el Vaticano. Con la relevancia e influencia en todo el mundo. Pero sin despejar la incógnita hasta que haya fumata blanca.
Leo y pienso sobre el devenir: los misterios, las incógnitas, los mitos. Mientras, no puedo olvidar la frase de Margarita Yourcenar en sus "Memorias de Adriano": Los dioses no estaban ya y Cristo no estaba todavía y de Cicerón a Marco Aurelio hubo un momento único en que el hombre estaba solo.
0 comentarios