Mis datos, tus datos y la UE

La amenaza planteada tras los atentados del 7-J en Londres se ha hecho realidad. Atendiendo las exigencias del Reino Unido, la Comisión Europea ha presentado su propuesta de directiva para controlar las llamadas telefónicas y las conexiones por Internet. De prosperar la iniciativa, las operadoras de telefonía tendrían que guardar un año los datos de las llamadas y seis meses, los de la Red. El Gobierno europeo pagaría los costes a las empresas.

Después de las actuaciones de grandes operadoras y empresas informáticas colaborando con China para localizar disidentes, la intención de controlar las comunicaciones en Europa, uno de los escasos vestigios de la vieja democracia liberal, hace saltar todas las alarmas. Internet se queja (Juan Varela, en Periodistas 21, realiza un contundente alegato) y ya se ha puesto en marcha un movimiento de protesta: "la retención de datos no es la solución". Se puede apoyar AQUÍ.

Matar es muy fácil. Llevar a cabo atentados masivos, también. Luego buscamos explicaciones que nos permitan sobrevivir si no entender. Pero cada uno desde una trinchera: unos hablan del fracaso de los servicios de inteligencia, de la inoperancia de las miles de videocámaras instaladas en las calles; otros, de los peligros de la libertad de movimientos, de las facilidades comunicativas, de lo inaccesible de los grupos más radicalizados.

Sea como fuere, no se puede combatir el terrorismo y el crimen organizado extendiendo las restricciones a la democracia y las libertades individuales. Sería el primer paso para la derrota. El mismo que la Comisión Europea está a punto de dar. Con populares y conservadores, socialdemócratas y liberales, de la mano. Férrea mano que mece la cuna del espionaje.