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SOLLOÍNA

Lección de gramática

La secretaría de Igualdad del PSOE andaluz ha anunciado que corregirá "el lenguaje sexista que se emplea en el borrador del nuevo Estatuto de Autonomía de Andalucía". Dicen sus dirigentes: "Hay que usar términos más claros y concretos que no den lugar a las interpretaciones". "La igualdad no se puede dejar al albur de una mayoría política, sino que tiene que ser obligatoria".

La agencia Europa Press recuerda las recomendaciones de la Real Academia Española a un miembro de la comisión del Parlamento andaluz encargada desde finales de 2005 de velar por la eliminación del lenguaje sexista en los documentos que esta institución genera: "No realizar desdoblamientos del tipo 'el presidente o la presidenta, el diputado o la diputada', por ser innecesarios y artificiosos desde el punto de vista lingüístico. (...) El empeño en realizar sistemáticamente estos desdoblamientos tiene su origen, en unos casos, en el desconocimiento de lo que gramaticalmente se define como uso genérico del masculino gramatical y, en otros, en la voluntad declarada por parte de determinados colectivos sociales y políticos de suprimir este rasgo inherente al sistema de la lengua como si fuese una consecuencia más de la dominación histórica del varón sobre la mujer en las sociedades patriarcales. (...) El uso genérico del masculino gramatical tiene que ver, simplemente, con el principio básico de la economía lingüística, que supone la materialización en el ámbito comunicativo de la tendencia general del ser humano a obtener sus fines con el menor esfuerzo posible".

Antes de aconsejar una consulta al "Diccionario Panhispánico de Dudas", el asesor gramatical advierte: Cuando se dice que "Los hombres prehistóricos se vestían con pieles de animales" o "En mi barrio hay muchos gatos", de la referencia no quedan excluidas ni las mujeres prehistóricas ni las gatas. Pero qué esperar de señorías que han llegado a redactar que el Comité de Lenguaje no Sexista, presidido por la presidenta de la Cámara andaluza, María del Mar Moreno, nacía con el objetivo de "contribuir a la eliminación del sexismo en la lengua, en el marco de las políticas más generales de transversalidad de género de exigencia comunitaria".  Ésa sí que es una agresión. Lingüística y sexual.

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