Dos supersticiones

La foto de la derecha (vía Canal Sur Web) está cortada y no he podido encontrar la impresionante imagen que el miércoles reproducían casi a media portada los diarios ABC de Sevilla y Diario de Sevilla: los Príncipes de Asturias ante la Virgen del Rocío, en Almonte, donde recibieron la Medalla de Honor de la Hermandad Matriz. Destacan las crónicas que "eran los únicos integrantes de la Casa Real que aún no había podido poseer esta distinción".

Don Felipe había inaugurado las II Jornadas de Desarrollo Sostenible, al lado de Doñana. ¿Pero qué puede la reserva natural más importante de Europa ante el embrujo de la Blanca Paloma? Y más: ¿Qué periodista -nivel: la portada es cosa mía- se sustrae al atractivo binomio príncipes-virgen por un puñado de patos o linces por muy amenazados que estén los bichos, las criaturas? Hace mucho que los periódicos, incluso los más serios, se trabajan el populismo de las ventas por encima del rigor.

Hubo un presidente socialista en Andalucía, José Rodríguez de la Borbolla, arrastrado luego por los rápidos que llamábamos guerrismo, que nos vendió lo de la "California del sur de Europa". No acompasó la ambición con los proyectos y, sobre todo, con las inversiones, pero puso algunas de las bases para salir de aquel atroz subdesarrollo. Lo que no ha cambiado desde entonces en esta tierra que hay quien llama de María Santísima es el calor de las supersticiones. Sea ante el divino esperma de la Corona. Sea ante el mundano poder de la religiosidad popular.