Las gemelas del PP

En la actual edición de Gran Hermano participan dos gémelas de Los Palacios y Villafranca. Al parecer, se trata de una de las atracciones del concurso. Hasta ahora me había resistido a tratar un asunto tan personal, relacionado estrictamente con el interés de unas jóvenes que quieren pasar de peluqueras y limpiadoras a famosas de la telebasura. Nada hay de malo en aspirar a lo que se entiende como superior. Y cuestionarse esta historia es como lamentarse de la cuesta de la Iglesia: va en la naturaleza y a mi que me registren.

Pese a lo previsible -y temible- en estos casos, hasta ahora no se han producido estridencias populares ni números más o menos circenses que pusiesen en riesgo la salud mental de la villa en que nací y resido. Aunque en el algún momento sospeché que algún listo quisiera aprovechar en su beneficio semejante manjar, hasta ahora todo transcurría con notable educación: Las gemelas estaban en su programa (cotillas locales aseguran que les paga muy bien y, según me cuentan, ellas mismas han comenzado a bromear con la posibilidad de salir en bolas en el Interviu); sus familiares y amigos hacían de coros del montaje, y el resto de los vecinos íbamos a lo nuestro, que ya es bastante.

Pero hete que saltó la liebre. El portavoz del PP en el Ayuntamiento de Los Palacios y Villafranca, Antonio Bejarano, se quejó de la ausencia de apoyo oficial a las mushashas, "que están mostrando ser un ejemplo de una parte importante de la juventud de la localidad" (sic), mostró su respaldo a tan magna representación y criticó al director de la televisión local, Paco Márquez, que se negó a emitir esta información por considerarla "poco seria".

¡Válgame el cielo! Sólo espero que mi hija adolescente tenga otros ejemplos para crecer y madurar, que el Ayuntamiento gaste sus recursos en beneficio de la comunidad, que la telepaquito ofrezca información relevante para los vecinos y que las gemelas disfruten de sus diez minutos de gloria (y los euros añadidos), sea en la casa de la colina o en la portada que adornará algún taller.

Ah, y que los del PP encuentren una brújula que no sólo indique el norte, sino el sentido común.