La corrupción de GU (II)
Tímidas reacciones ha suscitado la acusación de "corrupción" lanzada por González Urbaneja contra RTVE. Parece que hay quien tiene mala concicencia de trabajar en el grupo público. Lo cierto es que la directora general del Ente, Carmen Caffarel, se limita a enviarle una carta al presidente de la Federación de Asociaciones de la Prensa en la que le pide una rectificación: "Que RTVE precise una profunda reforma, en la que estamos trabajando intensamente desde hace meses, no significa que sea una empresa corrupta. Si conoces algún caso concreto, debes denunciarlo con claridad y no de la forma en que lo has hecho, lanzando equívocas y confusas generalizaciones". ¡Eso es talante! (sin adjetivos, que es más totalizador). Tampoco UGT va mucho más allá. Una nota de CCOO afirma que este señor no es digno de representar a los periodistas, recuerda los controles contables y administrativos a los que se someten las cuentas de la empresa y señala algunas de las manipulaciones en que incurre el sagaz presidente.
Caffarel debería haber acudido a los tribunales de inmediato para denunciar al príncipe de los periodistas por calumnias y por injurias; también podría ir al Comité Deontológico de la propia FAPE para exigir el despido de GU por violar los más elementales principios de la profesión.
Recién descubro en la web de la APM un comunicado de GU. En su prepotencia destina el texto "A los miembros de la Junta Directiva de la APM y a los presidentes de las Asociaciones de la Prensa federadas en la FAPE". Comienza así: "Ayer metí la pata en el Senado en una comparecencia a la que asistí sin la cautela debida". Y añade: "(...) utilicé, sin mesura ni precisión, una palabra tan delicada como “corrupción” para indicar que el modelo de gestión de RTVE desde hace décadas es muy costoso, desproporcionado… casi todos lo sabemos (más aun los de la casa) aunque parece como si conviniera no insistir; como si con no decirlo quizá un milagro resuelva el problema. Entiendo que ofrecer futuro a los profesionales de la casa pasa por un diagnóstico crudo, franco y certero. En ningún caso quise (y si lo hice pido disculpas y lo retiro) atribuir a los profesionales de RTVE de actos corruptos, no lo pienso, no lo creo, considero que son víctimas de un modelo desconsiderado, que no ofrece proyecto y que malgasta sin tino" (...) Reconozco que he sido imprudente, y estoy irritado conmigo mismo por meterme en berenjenales estériles. (...) Sigo pensando que esa casa es un desastre sin paliativos, que el modelo de gestión es erróneo (omito otro calificativo) pero mi responsabilidad con vosotros y con los compañeros me obliga a ser más prudente y riguroso. Si estimáis que ha pasado la barrera de lo tolerable, que mis comentarios dañan a la APM y a la Fape, consideraremos otras alternativas".
Por supuesto otras alternativas no. Sólo una, la de dimitir. Para dar ejemplo a los jóvenes becarios que levantan sin cobrar tantos medios de comunicación al día con la complicidad de tantos que se atreven a dar consejos en casa ajena.
Porque, además, GU manipula ("omito otro calificativo") en su sarta de vaguedades sobre la gestión de RTVE. Nadie como los de dentro somos conscientes de la necesidad de profundos cambios en el modelo audiovisual público, comenzando por la depuración de las responsabilidades de aquellos que nos han traído hasta aquí. Pero se tergiversan interesadamente datos del tipo de que TVE es más cara que otras cadenas. Se oculta que es la cadena pública con menos financiación de Europa y la más barata en relación a coste por ciudadano, PIB y otros conceptos similares. Tampoco tienen en cuenta GU y otros voceros de lo privado la necesidad de defender los derechos laborales conquistados por los profesionales, cuando la precariedad es el principal problema de los periodistas españoles, según informe de la propia FAPE. ¿O prefiere el señor presidente de la cosa unos sueldos, unos (sin) contratos, unas condiciones de trabajo como las de tantas productoras y medios privados que realizan programas de medio pelo a precios muy módicos? Bah, retórica: claro que lo prefiere. No en otra cosa ahorran las privadas. Salgan, pues, de los despachos, bajen a las redacciones, acudan a las ruedas de prensa, hablen con los reporteros. Estarán encantados de explicarles cómo reducen gastos la mayoría de las empresas del sector audiovisual.
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