Blogia
SOLLOÍNA

Mística estatutaria

Tan sabido como preocupante es el componente místico de todo nacionalismo, que le enlaza menudo, en su irracionalidad, con la religiosidad y las creencias. No otra cosa son los derechos históricos a los que aluden. Hay ejemplos diarios en los muy diversos territorios de Las Españas.  Pero uno de los más llamativos se producirá mañana lunes en el Parlamento de Andalucía. El cardenal de Sevilla, monseñor Carlos Amigo Vallejo, comparecerá en la comisión de la Cámara que iniciará los debates de la segunda etapa de la reforma del Estatuto de Autonomía a propuesta del Partido Andalucista y con la aquiescencia o el silencio cómplice de los demás grupos.

Los andalucistas ya demostraron su tendencia escolástica en la felicitación navideña en que reivindicaron Tartessos como la nación más vieja de Europa y apoyaron sus demandas nacionalistas en una cita del papa Wojtyla. Del PP se conocen sus afinidades católicas, pero el PSOE e IU proclaman un laicismo que la realidad desmiente a menudo. Mientras la federación de izquierdas protesta a destiempo, como es habitual en sus dirigentes, los socialistas -Chaves dixit-, aseguran que el cardenal Amigo Vallejo acude al Parlamento "a título individual", no en representación de la Iglesia. 

Y uno no sabe qué es peor. Si es "a título indivicual" cabe preguntar, entonces: ¿Y por qué no yo? ¿O usted, quien quiera que sea? ¿Qué se supone que tiene de más el hermano Carlos que no tengamos cualquiera de nosotros para dar una opinión personal sobre la reforma del Estatuto de Andalucía? Si representa a la Iglesia, ¿por qué no otras confesiones? ¿y algún ateo? ¿un investigador, mejor, que explique la necesaria supremacía de la ciencia sobre la creencia en el texto de convovencia de los andaluces?

La citación ha suscitado polémica. Hay juristas que la califican de "disparate" y "despropósito", la Federación Española de Entidades Religiosas Islámicas lo considera "inapropiado e inconstitucional". Fiel a su carácter, Amigo Vallejo se declara "encantado y no tiene ningún inconveniente en comparecer sino todo lo contrario", según un portavoz del arzobispado de Sevilla. Y conociéndole, lo que diga no molestará a nadie. Lo inaudito es su presencia. La sola imagen es el poder. Como en los iconos. 

0 comentarios