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SOLLOÍNA

La huelga de RTVE

La huelga de RTVE

Vaya por delante una cuestión personal: no secundé el paro de ayer. Por motivos profesionales y personales. Pese a rechazar radicalmente la forma y el fondo en que el Gobierno ha planteado la necesaria reconversión de la radiotelevisión estatal española. Los detalles los daré, si ha lugar, en privado a quien considere oportuno. Tengo claro que ejercí un derecho -el de trabajar- tan constitucional como el de ir de a la huelga, aunque lo digieran mal algunos sindicalistas para los que la magnitud de los conflictos sólo está relacionada con su capacidad para precipitarlos aún más y obtener beneficios. Propios, mayormente. Para su organización, como mucho.

Pero tampoco quiero entrar en las turbulentas aguas del sindicalismo del grupo audiovisual. Si aquí he escrito que habría que exigir responsabilidades (judiciales, incluso) a muchos, la mayoría, de los gestores que hemos tenido y que han acumulado la deuda demencial que padecemos a mayor gloria de sus partidos y amigos, también digo que con ellos deberían ir algunos insignes defensores de la clase obrera del Ente. Por acción y por omisión.

El disparate alcanza al intento sindical de impedir la emisión del partido de Liga de Campeones Barcelona-Benfica, autorizada por el Tribunal Supremo y que fue lo más visto del día. Antes hubo que cortar la emisión del Telediario 1 por la acción de los piquetes, y hace unas semanas fue el único espacio estrella que nos queda, Mira quien baila, el que tuvo que ser suspendido. Ya no se trata de tirarnos piedras, sino de bombardearnos, literalmente. Hay que atraerse a una amplía mayoría social, no de alejarse aún más de los pocos que entienden la necesidad de nuestro trabajo en el actual maremagnum audiovisual.

La muy avergonzada Caffarel y su mago progre Pérez Estremera también deben dar explicaciones de su nuevo fracaso: la retirada de la serie "Con dos tacones" por su pésima audiencia. Como antes Extra y Fuera de control y Navarro y Wyoming y... Y ya puestos, si tanto interés tienen en la Champions, que aclaren por qué pujaron a la baja ante la UEFA y permitieron que Antena 3 se adjudicara su emisión la próxima temporada. 

Eso, el despido del 39%, la incertidumbre futura... igual al éxito de la huelga -90/62,97- entre una plantilla de edad avanzada y clase media, abocada a aprender de las barricadas de los viejos colegas de astilleros. 

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1 comentario

un visitante -

La verdad: para alguien que se autodeclara obrero radiofónico debe ser duro no secundar una huelga que sus compañeros siguieron de forma masiva.