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Mujer, 25/30, temporal, 600 euros

Mujer, 25/30, temporal, 600 euros

No. No es uno de esos anuncios de contactos que proliferan en nuestros periódicos. Es el perfil del periodista que trabaja en los medios de comunicación andaluces: Mujer, de entre 25 y 30 años de edad, con contrato temporal y con un sueldo que no supera los 600 euros al mes. Lo han dicho los máximos responsables de la Federación Andaluza de Asociaciones de la Prensa (FAAP), que han firmado hoy con UGT y Comisiones Obreras un convenio con "contra la precariedad laboral en el periodismo".

Obviemos el burocrático lenguaje sindical y detengámonos en los objetivos: Van a llevar a cabo "una campaña de estabilidad laboral apoyando las medidas laborales que fomenten la contratación indefinida y reduzcan la temporalidad en el sector de la comunicación". Van a denunciar y luchar "contra la precariedad, contemplando entre otros los siguientes aspectos:

- Apoyar el reconocimiento de la figura laboral especial del colaborador periodístico que permita dar tratamiento legal a  sus prestaciones, sin que en ningún caso ocupen puestos de trabajo estructurales.

- Promover una autentica formación del becario, estableciendo los mecanismos que impidan que ejerzan como periodistas de plantilla.

- Atenuar la especial precariedad laboral de la mujer garantizando la plena igualdad entre hombres y mujeres en todo lo relativo a salario, horario, promoción profesional...., en todas las empresas del sector".

Van a propiciar que intervenga la Inspección de Trabajo, potenciar la negociación colectiva y a promover y apoyar un “Estudio de la Profesión” en Andalucía y que los concursos públicos de concesión de licencias valoren la estabilidad laboral de las plantillas. Y las partes crean una Comisión de Seguimiento.
Éste es el acuerdo, básicamente. Los becarios de la redacción piden que alguien les confiese si su futuro profesional va a depender de semejante retahíla de obviedades. Que, por cierto, uno no se explica cómo las Autoridades, del signo que sean, no han puesto en práctica de forma inmediata desde el primer momento en que se tuvo constancia de que se abusaba de respetables licenciados.
El último informe de la Asociación de la Prensa de Madrid sobre la profesión revelaba lo archisabido: la precariedad es el gran cáncer del empleo en los medios y la mayor preocupación de los titulados. Pero su presidente, el sabio González Urbaneja, viaja por España para presentar la estupenda edición del documento, pero no cuestiona las razones profundas de esa realidad. Le basta con apoyar a los grandes grupos mediáticos. Tampoco en el acto de hoy nadie ha alzado la voz para nombrar a las empresas que explotan a becarios, personal en práctica y contratados. Y basta preguntar a los afectados, Eso sí, en voz baja. Los echan de inmediato.

O, menos heroico en nuestro caso, acudan a la página web de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Sevilla y ojeen el listado de ofertas de becas –sin sueldo-, las sospechosas cifras de personal solicitado por respetables medios que ofrecen la mejor formación, pena que no la más altruista. Sigan el rastro a los que aceptan, a los que se van al poco, todos cansados por las interminables jornadas, unos insomnes por la acumulación de trabajo, otros abrumados por la responsabilidad, en algunos casos incluso de tener que cargar con el peso de una sección mientras sus jefes escriben gloriosas columnas o relatos costumbristas. Pero dar nombres está mal visto y puede dañar la carrera de los esforzados profesionales del sindicato de la Fape.  

[Foto, vía CCOO: Inés Alba, de la FAAP, Francisco Carbonero, de CCOO, Fernando Santiago, presidente de la FAAP, y Manuel Pastrana, de UGT]

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