La "memoria hist(é)rica" de Canal Sur
Todas las televisiones suelen seguir con entusiasmo las líneas vitales que trazan los gobiernos de los que dependen, aunque sean trazos en aguas brumosas. Dan igual las fantasias sobre los imaginarios agujeros del 11-M que los abruptos rescates de lo que se ha dado en llamar "Memoria histórica". Si las cadenas del PP se zambullen sin rubor en los procelosos oleajes que les marca el bunker mediático que jalea a sus líderes, las emisoras del PSOE saldan las viejas cuentas de la Guerra Civil como si fuesen a ganar 70 años después.
El drama llega cuando los obedientes guionistas equivocan la trama bien por ignorancia, pereza o por ese ingrato afán de ser equidistantes, habitualmente entre una verdad y una mentira, a veces incluso entre un asesino y su víctima. Le ha ocurrido a la serie documental estrella de esta temporada en Canal Sur. Su concluyente y totalizador nombre es "La Guerra Civil en Andalucía" y fue presentada con honores de prime time, los jueves, a las 22.00 horas, en Canal 2 Andalucía. "De la forma más objetiva posible" dicen y colocan sin pudor a personajes ficticios, desdibujados en sepia, como hilo conductor de las dos Españas irreductibles.
En uno de los últimos capítulos emitidos, los responsables de la serie le concedían todo el protagonismo al ex terrorista del Grapo Pío Moa, reconvertido en supuesto historiador y paladín del revisionismo franquista. Lo ha denunciado el articulista de El País Andalucía Mariano Maresca en "Pío Moa en Canal Sur": "Digamos que mi impresión [sobre la serie] era la de una oportunidad perdida. Otra más. Hasta que en un momento determinado aparece Pío Moa y dice que el concurso de Sanjurjo fue determinante en el advenimiento de la República, dado que los resultados electorales habían sido falseados. A los pocos minutos, Pío Moa vuelve a aparecer, y esta vez resume en una intervención fulminante -sin mirar a cámara, es curioso- su invención de que la Guerra Civil empezó con la revolución de Asturias de 1934. En mi estupefacción, espero que los autores del documental que estoy viendo tengan al menos la poca vergüenza de dar una versión distinta de los hechos; pero espero en vano. Y eso, nada menos que todo eso, es lo que hay".
Y concluye: "Si lo que yo ví el sábado salió a antena sin que ningún responsable de Canal Sur le echara un vistazo, los responsables de Canal Sur deben dimitir, ser cesados o morirse. Si lo vio alguien y lo autorizó, a ese alguien hay que pedirle una responsabilidad infinitamente mayor: la de haber puesto el dinero de los andaluces al servicio de una falsificación reaccionaria de la historia de España".
Hasta los más activos defensores de esa imposible "memoria histórica" advierten de que no todo vale. Escribe el anarquista Cecilio Gordillo en "No todo vale": "Se está “vendiendo” una serie de subproducto que bajo la denominación de “Memoria Histórica” esta produciendo -evidentemente de forma intencionada- una amalgama de libros, documentales, etc.. que van atacando directamente a la raíz de aquellos objetivos con los que nació este movimiento social (...) Se intenta contentar a todos (a los dos bandos, que dicen la mayoría de los que están al frente de esas empresas, ya sean productoras, ya sean la propia TV pública) y para ello nada mejor que meter “con calzador” a los de siempre (de los últimos setenta años) y sobre todo a muchos amigos de la -cuerda-, que se utilicen imágenes sin permiso de los autores, etc...
Pero en la cadena autonómica andaluza andan en otras cuitas. La guerra es un encargo; ahora se juegan el puesto. El consejero de Presidencia, Gaspar Zarrías, está a punto de cerrar un acuerdo con IU sobre la nueva ley de la RTVA, que acumula tantos meses de retraso como el impulso democrático que la alentó. Aunque los aires del consenso estatutario hacen milagros y se quiere ampliar el pacto a populares y andalucistas. Y habrá que dejar hueco a los unos y a los otros. Y a sus historiadores.
1 comentario
creditos -
Frase de Adolfo Suárez en una entrevista inédita de 1980:
"Yo repito a menudo que en España está ocurriendo un fenómeno muy grave: las cosas entran por el oído, se expulsan por la boca y no pasan nunca por el cerebro casi nunca pasan por la reflexión previa".
"Pero es un hecho que está ahí; que sucede. Y luchar contra ello es muy difícil Yo he intentado combatirlo muchas veces ¡Y así me va!"
En la política española del siglo XXI sigue sucediendo exactamente lo mismo: "las cosas entran por el oído, se expulsan por la boca y no pasan nunca por el cerebro" y se aplica tanto a los políticos como a los ciudadanos.
Carlos Menéndez
http://www.creditomagazine.es