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SOLLOÍNA

Consejo Audiovisual interruptus

El PSOE andaluz ha tenido que frenar y dar marcha atrás en la constitución del Consejo Audiovisual, cuestión de segunda fila que acaparará la atención política durante la semana entrante por mor de la prepotencia política. Los nueve candidatos presentados por los socialistas, los tres del PP y los dos de Izquierda Unida tenían que comparecer a partir de hoy ante el Parlamento regional. El pleno de los días 1 y 2 de junio designaría a los once miembros del consejo, el nuevo órgano que habrá de velar por el buen funcionamiento de los medios de comunicación audiovisuales. Pero el Grupo Socialista ha retirado su lista y retrasará el proceso "en aras del consenso y en respuesta a la irresponsabilidad y el boicot institucional" por parte de populares y andalucistas, que no habían registrado aspirante alguno en protesta por la falta de un acuerdo conjunto.
El PP se muestra abierto al consenso y califica de ridícula y antidemocrática la actuación del PSOE, que pretendía concederle dos puestos, los mismos que a IU, cuando la diferencia es de 31 diputados a favor de los primeros. Los nacionalistas esperan que ahora se recomponga el diálogo, después de que casi llegaran a la ruptura con los socialistas porque éstos incluyeron a un ex dirigente andalucista en su candidatura al consejo. La federación de izquierdas dice que la retirada del grupo mayoritario es un paso atrás y advierte de que renunciará a designar los dos miembros que pactó con él.
Lo que ha quedado en penoso lugar es el Parlamento andaluz, que llegó a aprobar un procedimiento específico para votar a los miembros de este nuevo organo y que había citado para hoy a los candidatos al consejo. Los populares lo usan para su "política de pancartas", que diría Aznar, y los socialistas, como dócil apéndice del Ejecutivo.
Vuelta a empezar, pues. Al parecer por orden del jefe, Manuel Chaves, presidente de la Junta de Andalucía, muy molesto tanto por el obstruccionismo institucional del PP como por la torpeza de los suyos, que quisieron castigar a los populares por romper a última hora el consenso en torno al impulso democrático arrebatándoles uno de los tres miembros que les correspondía y, para colmo, trataron de ocupar el vacío andalucista colocando en su lista a un crítico de la actual dirección de este partido. Todo cuando el Consejo Audiovisual, del que mucho sospechamos una enorme inutilidad, había adquirido cierta simbología: Fue la primera propuesta del consejo asesor de la Segunda Modernización que Chaves asumió y el PSOE quería convertirlo en un termómetro de la calidad democrática. También se pretendía huir de la constitución partidista del Consejo de Administración de la RTVA y cumplir el mandato legal de designar a profesionales independientes de reconocido prestigio -aspiración cuestionable dado los nombres de la mayoría de los aspirantes.
Cabe esperar -con pocas esperanzas- que la reanudación de las negociaciones permita configurar un Consejo Audiovisual que responda a las necesidades de los ciudadanos andaluces, y que comience por el detenido análisis de los medios públicos.

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