Resistencia
Ordeno con mimo los libros pendientes:
El mundo de las palabras, de Pinker,
El espejismo de Dios, de Dawkins,
Córdoba de los Omeyas, de Muñoz Molina,
El terrorismo y sus etiquetas, de Arcadi Espada.
Guardo para la primavera la trilogía de Marías, Tu rostro mañana.
Las estanterías resisten. Pero uno de estos días tendré que llevar a la biblioteca municipal las viejas novelas arrumbadas.
No por altruismo. Qué va. Si no por venganza.
Para que los jóvenes se pierdan en el magma literario hasta descubrir la realidad a dentelladas. Y que aprendan a explicar(se)la, a contar(se)la. Y si tienen coraje, traten de cambiarla.
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