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SOLLOÍNA

Inconfesables

Eros

Tu pubis es el abrevadero con el que sueño.

Lipstick

En el espejo retrovisor

un lapiz de labio, titubeante, dibuja

la sonrosada boca entreabierta.

Resaca

¿Quién recolocará en esta cabeza, ordenados, los objetos del mundo?
¿Quién podrá detener el tiovivo ingrávido?
¿Quién apagará la cerilla encendida en el estómago?
¿Quién apuró el último whiski?

(El coro: Ya no tienes edad, muchacho).

Gooooooooollllllllllll

Sevilla. Barrio de Nérvión. Estado Ramón Sánchez Pizjuán. A falta de siete minutos Makukula marca y empata la eliminatoria de dieciseisavos de final de Copa de la UEFA frente a los griegos del Panathinaikos. 45.000 gargantas rompen la noche iluminada. En el 92', un joven brasileño recién fichado, Adriano, consigue el 2-1. Histeria colectiva. Me abrazo con un chaval que está a mi lado y que no conozco de nada. Saltamos. Tres minutos después, el árbitro, un orondo noruego, pita el final. Catársis. Hermanamiento. Sevilla, hasta la muerte. (¿Soy yo este tipo que hace de ganso ilusionado en un partido de fútbol?) De vuelta todo son parabienes en el autobús de la Peña Sevillista de Los Palacios. Con tres años, en otro vehículo similar, quizá con algunos de los abuelos que todavía hoy viajan, mi padre me llevaba a la vieja bombonera. Quizá para que aprendiera a sufrir, porque nunca, que yo haya visto, hemos ganado nada. Pero hay sentimientos que viajan en los genes de la infancia. (Soy yo, no me cabe duda. Ni me avergüenzo de casi creer en los milagros, vive dios). 2-1. Y ahora nos espera el Parma italiano, el 10 de marzo. Allí estaremos. En el Sánchez Pizjuán. En Nevión. Sevilla. España. ¡¡¡¡Europa!!!

Pitón

Mientras una modelo con todas las dotes de una modelo cumple en estos momentos su fantasía erótica en Crónicas Marcianas -refrescarse en una bañera con una serpiente pitón, que ya es gusto-, un servidor, con esta edad respetable, teme las inclemencias de dormir con las verguenzas al aire. Más con el polar express a la puerta. Que una mala gripe te lleva por delante y adiós fantasías entonces. ¿Será distinto con la señora Anaconda? Qué repelús.

Indirim

En la cola de Woman´s Secret, para pagar ropa interior. Algo azorado con la mercancia en la mano, oigo al azar cómo una chica, casi lánguida adolescente, dice al joven pecoso y desgarbado que tiene a su lado, casi oculto y quizá también azorado: "Ya me he comprado todos los sujetadores que necesitaba. Ahora me hacen falta braguitas y calcetines; sobre todo calcetines". Suena a declaración de principios.

Chsss

Me turba la mano de Bebe

Ellas

"El corazón, clave en la mayor longevidad de las mujeres",
titula El País Digital. Sorpresa: Alguien ha dado con él.

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... Deseo

Niebla

En la carretera. No había niebla esta mañana. Tendría jaqueca.

Diarío íntimo

En la carretera. Me adentro en la niebla, como si te adentrara.