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SOLLOÍNA

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En la cola de Woman´s Secret, para pagar ropa interior. Algo azorado con la mercancia en la mano, oigo al azar cómo una chica, casi lánguida adolescente, dice al joven pecoso y desgarbado que tiene a su lado, casi oculto y quizá también azorado: "Ya me he comprado todos los sujetadores que necesitaba. Ahora me hacen falta braguitas y calcetines; sobre todo calcetines". Suena a declaración de principios.

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