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SOLLOÍNA

La España negra

La España negra Regresa la ultraderecha política -de neonazis a falangistas- mientras la sociológica no termina de aceptar su derrota electoral del 14-M. No me refiero al Partido Popular, que ha acogido y democratizado a un amplio sector franquista, al que la pérdida del poder gubernamental ha vuelto a radicalizar y en algunos casos a llevar al enfrentamiento callejero.
No ha sido casual el intento de agresión a Santiago Carrillo durante la presentación en la librería Crisol de Madrid del libro "Historias de las dos Españas", de Santos Juliá, que fue golpeado. (En la foto). Ahora el PSOE reclama al Ayuntamiento un Plan Integral contra la Intolerancia. Es más fácil y rápido perseguir el delito y aplicar las leyes. O endurecerlas si es menester.
Porque la plaga no cesa. En Jaén un grupo neonazi ha dedicado la madrugada a romper el candelabro de siete brazos de una plaza, ha teñido de pintura blanca el monumento a la diáspora sefardí y ha pintado una cruz gamada en una pared próxima al lugar donde la comunidad judía han celebrado esta mañana la inclusión de esta ciudad andaluza en la Red de Juderías de España. Allí se ha vuelto a oir la oración de un rabino más de 500 años después de la expulsión de este pueblo.
Un editor granadino, José García Hispán, acusado de apología del genocidio por la fiscalía, ha aceptado pagar una multa de 3.600 euros tras reconocer que distribuyó en Internet textos que ensalzaban el régimen nazi.
Están aquí, pues. Nunca se han ido, aunque a veces se ocultan, simulan. Hay que identificarlos, denunciarlos, no dejarles espacio público (tampoco los campos de fútbol) y rebatirles sus espurios argumentos.
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El breve comunicado del “partido político” del asesino neonazi
“Comunicado de la Ejecutiva de Democracia Nacional.
En primer lugar reiteramos una vez más que Democracia Nacional repudia y condena la violencia y que lamenta todas las muertes, en especial si se trata de la de un menor, algo, que indudablemente se podía haber evitado con medidas policiales efectivas que garanticen el orden y la legalidad política.”
En este caso se aplica la máxima que dice “Si un pueblo olvida su historia está condenado a repetirla”.
No olvidemos ni nuestra historia ni los peligros de las ideologías, de uno u otro sentido, que camuflan entre sus filas a asesinos.