La respuesta a la amenaza terrorista
La retención de datos de comunicaciones telefónicas y electrónicas, el seguimiento de explosivos, el intercambio de información de los servicios de inteligencia y la radicalización y reclutamiento de terroristas. Es la agenda de hoy de los ministros europeos de seguridad, tras los atentados de Londres.
Las nuevas formas de comunicación e información -de blogs a fotos y videos con móviles y diminutas cámaras digitales- pueden morir de éxito en aras de mayores controles. Ahí parece estar el debate más intenso. A vueltas otra vez con la seguridad y la libertad. Cuando son conceptos tan próximos; más aún en tiempos de salvaje agresión terrorista.
Sobre el contenido de las normas, la discusión se centra sobre todo en el tipo de datos que deben quedar almacenados, el tiempo que deben guardarse, y quien pagará la cuenta.
Parece que, como casi siempre en Europa, cada cual la pia donde le duele. Más o menos como siempre. Hasta que le toca al remiso.
Las nuevas formas de comunicación e información -de blogs a fotos y videos con móviles y diminutas cámaras digitales- pueden morir de éxito en aras de mayores controles. Ahí parece estar el debate más intenso. A vueltas otra vez con la seguridad y la libertad. Cuando son conceptos tan próximos; más aún en tiempos de salvaje agresión terrorista.
Sobre el contenido de las normas, la discusión se centra sobre todo en el tipo de datos que deben quedar almacenados, el tiempo que deben guardarse, y quien pagará la cuenta.
Parece que, como casi siempre en Europa, cada cual la pia donde le duele. Más o menos como siempre. Hasta que le toca al remiso.
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Al-Duende -