Subterráneo y detestable
Hemos oído estos adjetivos en los últimos tiempos respecto a obras presentadas y galardonadas en sendos premios literarios españoles, esos sobre los que suele pesar la extraña y generalizada sospecha de que están dados, si no encargados. La gracia está en que son impresiones de miembros de los respectivos jurados. Es un paso más en lo que ya es una vieja y querida tradición de las letras hispanas. El paradigma es el Planeta, 601.000 euros, en el que los nombres de los galardonados han llegado a publicarse con varios días de antelación. Como los malos programas de televisión, este premio siempre ha buscado la polémica -publicidad gratuita al fin y al cabo- más allá de las cualidades de las novelas agraciadas. Así ha sido durante años, incluso con la presencia de destacadas celebridades en su jurado, y así se ha aceptado sin excesivos reparos morales. Pero los de esta edición limita con la genialidad o la estafa, aún no lo sé.
El caso es que un día antes de conocerse los premiados uno de los más ilustres miembros del jurado, el reputado Juan Marsé, que al parecer sustituía al fallecido Vázquez Montalbán, califica el nivel de calidad de las obras presentadas de "bajo", "subterráneo en algunos tramos". No parece una referencia muy elegante. Menos aún cuando tan significado escritor se enzarza en una desagradable disputa con los premiados -la mallorquina María de la Pau Janer (en la foto, Efe) y el peruano Jaime Bayly- en la rueda de prensa posterior al acto de entrega del galardón. Acabo de verlo en el Telediario 1 y ha sido de vergüenza ajena oir a Marsé, que obtuvo el premio en 1978 con Las muchachas de las bragas de oro, reprocharle a Janer que esté más preocupada por la vida literaria que por la literatura, a ésta justificar que aquel quiera comportarse como un enfant terrible, a aquel que el premio es una buena operación comercial, pero poco más, para dejar en el aire si será jurado en la próxima edición.Podía haberlo decidido antes y haberse evitado el sofoco y la imagen altanera y displicente. Podía haber dimitido y no ser cómplice de la pantomima que cada año es el Planeta. Podía haber criticado las novelas premiadas desde fuera, como literato o crítico, en vez de publicitar con esta bronca unos textos que él mismo ha calificado de pobres, cuando no subterráneos. No se lo merece la obra del propio Marsé, una de las cumbres de la literatura de posguerra.
Me ha recordado un sucedido similar, hace poco en otro galardón, que tuvo también como protagonista a otro autor de prestigio y de lugar preferente en mi biblioteca. Fue en el Premio de Novela Ciudad de Torrevieja, convocado por otra potente editorial, Plaza y Janés, concedido al historiador y periodista de la Cope, César Vidal, (no está en mi biblioteca). La sorprendente polémica saltó cuando el presidente del jurado, José Manuel Caballero Bonald, ddijo que no había votado a la obra ganadora, a la que calificó de "detestable ideológicamente hablando". También el magnífico escritor jerezano pudo haber dimitido a tiempo. En fin, que no se puede estar a todas ni a todos, aunque se llame Lara. Y la presencia de un gran autor en el jurado de uno de estos premios sólo sirve para avalar trabajos comerciales que rara vez tiene que ver la auténtica literatura.
3 comentarios
Chorche -
jesúsb -
A otra cosa, a ver si he entendido bien:
Un miembro del jurado, contratado para ello, ¿No puede cargarse las obras literarias que quiera?¿Ni criticar la afición a la escalada?
Si ensalzara alguna novela y la actitud de una autora dedicada en pleno a vivir la literatura ¿Nos escandalizaría?
¿Qué queremos?¿Que un miembro de un jurado, sólo por el hecho de estar pagado no pueda dar su opinión? ¿Que para darla tenga que renunciar a su salario? (sólo podría renunciar después de haber leído las obras, esto es, haber hecho su trabajo)
Pensemos en ello
va
hombre
datos
conocimientos
que después hay quien se desmarca diciendo que la sagrada familia "se repara",
y más: "con impuestos"
Cosme Medici -