Días de Pasión
El virus que asciende desde el pecho a la garganta, y allí acampa.
Enciende la fogata, arrastra el arado, desencadena el temblor.
La alucinación de la fiebre. La constancia del dolor.
Las voces y los ecos. Las sombras habitadas.
Y el silencio como ahogo.
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