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SOLLOÍNA

La ministra locutora

La ministra locutora

Primero fue fraila, luego Pixie y Dixie; la hemos visto en el Rocío, en ferias diversas y con los más diversos trajes folclóricos (la última vez, esta semana, El País la colocó, de flamenca en Córdoba, en la sección Gente, con un primor de abanico). [He aquí sus variadas cuitas]. Hoy salta a la fama otra vez de locutora de programa del corazón. Igual recela de su par ministerial, Magdalena Álvarez, que retransmitió para Gabilondo, en Cuatro, el hundimiento de un viaducto en Almuñécar, con siete muertos, y para no ser menos aprovecha la inauguración de la Feria del Libro de Madrid, junto a la Reina, para difundir que la cantante Rocío Jurado ha sufrido un "infarto cerebral". 

Carmen Calvo -es ella- no ha podido resistir la tentación de equipararse a Ana Rosa Quintana, pese a que la familia de la artista niega que haya empeorado y se resista a distribuir un comunicado oficial, harta de rumores. Tan literaria comunicadora puede mantener su programa en el basurero televisivo nacional, pero una señora ministra debe contener sus afanes protagonistas. Sus palabras, recogida en este testimonio sonoro [vía Cadena Ser], revelan los vahos del personaje: Del vago "me han dicho", "parece", "me comentan" filtrado de titubeos a la fluidez de la declaración oficial -"es una artista principalísima, de las mejores voces de nuestro país", "vaya por delante el pesar que causa a todos los hombres y mujeres de este país"- que repican, como campanas huecas, todos los informativos.

Si la despiden después de esta nueva metedura de pata, algo improbable, podrá colocarse en Salsa Rosa. No tiene nada que envidiar a los del gremio.  

(Foto vía anarosa.telecinco.es)

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