Roque, el retratista

Francisco Estévez Laínez, Roque, de 73 años, es un fotógrafo jubilado de Los Palacios y Villafranca que acaba de cumplir su sueño de exponer en la Casa de la Cultura. “Medio siglo de fotografía” es una cuidada selección de 150 imágenes de gentes, detalles y panorámicas de la localidad y de las tareas tradicionales del campo, que resumen 50 años de una profesión a la que dedicó su vida.  

Algunas de las fotos datan de 1955, año en que Roque se compró su primera cámara, una Regula, por 1.500 pesetas, y llegan a hasta hace unos ocho años, cuando se jubiló. Un cura de los de la época (riete tu de Rouco) le impidió trabajar en las ceremonias religiosas y se fue al campo. Ahora recuerda cómo durante unos cinco años de finales de la década de 1950 recorrió la marisma o la campiña en bicicleta -a hombros si llovía-, hasta que pudo comprarse una moto Gucci, para hacerle fotos a los jornaleros del arroz, en la siega, la trilla o el secadero, otros en el verdeo o la corta y la pisa de la uva.  Las cuadrillas le recibían al grito de “¡Ahí viene el retratista!”. Luego revelaba los negativos en Sevilla y unos días después volvía a los tajos a entregar las fotos y cobrar. Tres retratos, nueve pesetas. Aunque había quien esperaba para pagar al sábado, cuando percibían el jornal. Y todavía a algún otro tenía que buscarlo en la cola para que pagara. 

Por el objetivo de Roque han pasado muchas de nuestras vidas: bautizos, bodas, momentos célebres y hasta desgracias. Sus imágenes captaron las riadas anteriores a la construcción de los muros de contención del Caño de la Vera, las fiestas populares, las calles ahora ya irreconocibles y las gentes, muchas de las cuales ya no están. 

 

Quiso ser fotógrafo "para trabajar de cara al público". Pero no por curiosidad, ni siquiera muchas veces por la necesidad de ganarse la vida, sino por sentir y vivir con sus convecinos. Por sentirse copartícipe de sus vidas, de nuestras vidas. Le debemos gratitud a este retratista que nos trae retazos del pasado en imágenes que forman parte de nuestra historia más íntima.