Profesión maltratada
Algunos buenos (y malos) periodistas que conozco se han buscado la vida de profesores de instituto (en Andalucía al menos se puede opositar con el título) cansados de deambular entre becas, prácticas no o escasamente remuneradas, contratos (infra)basuras, intrusismo bastardo propiciado por las propias empresas...
Ahora el “Informe Anual de la Profesión Periodística 2008”, de la APM, anuncia que en 2009 podrían producirse hasta 3.000 despidos en los grupos de comunicación. En la actualidad, 3.247 periodistas están en el paro, otros 4.374 demandan empleo y se estima que otros 450 han perdido su puesto en los últimos tres meses. Los diarios han tratado el informe con lógica mesura: a pocas o ninguna columna.
Cierto es que el poder político ha levantado facultades y creado titulaciones para congraciarse con la profesión sin contar con que el devenir tecnológico superaría cualquier formación reglada y, sobre todo, que no hay mercado para absorber a los cientos de licenciados anuales. Pero no es menos verdad que los grupos de comunicación, la propia política y la economía viven mejor con un periodismo adocenado por el paro, huido al paraíso de la literatura o el arte, en los arrabales de los centros educativos.
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