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SOLLOÍNA

Fernando Meza

El articulista invitado esta semana es Fernando Meza. Periodista y Licenciado en Comunicación Social. Nació y vive actualmente en Santiago de Chile. Ha trabajado en diversos medios de comunicación, tanto en diarios y revistas como en radio y televisión, desempeñando funciones de editor, productor, reportero y redactor.
Su espíritu multifacético le hizo crear el blog Periodismo Global, que actualmente mantiene con contenidos seleccionados de internet y columnas de opinión personales. Compañero en la blogosfera hispana, Fernando nos propone una reflexión sobre la profesión periodística.

PERIODISMO DISRUPTIVO

Si hay una característica que aún falta por desarrollar en el periodismo es la de tratar de “abrir la cabeza”, generar “nuevos mundos” en las audiencias. No basta con sólo informar y elaborar coyunturales contextos interpretativos en torno a la noticia. No. El papel del periodista va más allá.
La mayoría de las veces el tratamiento de la información se limita a lo meramente objetivo; en otras ocasiones se intenta interpretar un hecho a la luz de los acontecimientos, pero con puntos de vista demasiado sesgados y en absoluto prácticos para la vida cotidiana; y, finalmente, hay un estilo de periodismo que amenaza con seguir extendiendo sus tentáculos: el periodismo “basura”.
Estas tres formas de trabajo no ayudan en absoluto a mejorar nuestra situación. Y digo “nuestra situación” porque estoy hablando de un problema global, que afecta a la prensa de todo el mundo, salvo honrosas excepciones.
El periodismo es un oficio que aún tiene mucho por desarrollar. Su potencial es infinito y, por lo mismo, se ha desaprovechado dramáticamente. Al comunicar un hecho es necesario situarse imperativamente en la mentalidad del individuo que recibirá el mensaje, para así “seducirlo” y no sólo lograr que sintonice el televisor o compre un diario. Lo que hay que conseguir es una respuesta de su parte. Una acción.
Sin embargo, esta premisa se cumple parcialmente, ya que los periodistas no hemos sido capaces de descubrir las VERDADERAS necesidades del público. Y aquí voy a decir algo que es evidente, que muchos ya lo saben, pero que quiero reforzar en este artículo: las “verdaderas” necesidades que dicen encontrar los medios en la gente se remiten básicamente a la entretención, una necesidad importante, no lo dudo, pero completamente intrascendente para efectos superiores.
Está bien, lo reconozco, en la vida hay que distraerse, es sano de vez en cuando “no pensar”. El problema está en que esta necesidad sea el principal motor de las noticias, sobre todo asumiendo que la real necesidad está en aumentar los puntos de audiencia de un programa de televisión o las ventas de un periódico o una revista.
Cierto, los medios de comunicación deben sobrevivir, y la mejor manera de vender es con contenidos “ligth”, interpretaciones de noticias “al paso” y una abundante oferta de prensa del corazón.
Los ejecutivos de los principales conglomerados sostienen que ellos simplemente ofrecen “lo que la gente pide”, lo cual es una gran falacia. Los medios hacen lo que dicta la “ley del mínimo esfuerzo”, es decir, apelar al morbo del público, con polémicas, sexo y violencia, sin profundizar demasiado en cada tema -para que “no se canse”- y así mantenerlo fácilmente cautivo.
Bien hecho para sus bolsillos, sin duda una buena táctica comercial. Pero simultáneamente nos vamos destruyendo sin darnos cuenta, al desinformarnos y perder la oportunidad de abordar otros temas que puedan ser de utilidad.
Siempre pienso ¿qué pasaría si un canal de televisión tomara la iniciativa y aumentara la cantidad de espacios con contenido que hagan pensar a las personas? Nada, que la televisora de la competencia seguiría con su programación basura mientras el canal que se arriesgó a mejorar su oferta se va a la mierda.
Es un problema difícil de abordar, ¿cómo elevar el contenido de las noticias sin perder audiencia y bajar las ventas? ¿Cómo abandonar esta fórmula barata que proporciona tan buenos dividendos al “negocio”?
Pues bien, desarrollando un “periodismo disruptivo”. Un periodismo que sea capaz de encontrar las verdaderas necesidades de la gente. Y, si bien la entretención es una de ellas, en ningún caso es la más importante ni ayuda a cambiar el mundo. Por eso, el desafío está en descubrir en qué medida lo que estoy comunicando puede ser de utilidad para el público. En qué medida la noticia que entrego puede ser una fuente de conocimiento que motive a las personas a mejorar su futuro y el de los demás. Y en qué medida esta información puede ser atractiva y cautivante.
En definitiva, la invitación es a desarrollar un periodismo inteligente, crítico y empático, que haga pensar y motive a la acción.

1 comentario

Anónimo -

¡BRAVO!¡OLE! ¡ARSA!
¿PERO CÓMO? -SE PREGUNTARÁ EL CURRITO DE 850 EUROS AL MES POR 12 HORAS DE REDACCION CANALLLA-