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SOLLOÍNA

La Cuarta es de Polanco

El Consejo de Ministros de hoy estudiará o aprobará –táchese lo que no proceda a media mañana- la autorización a Canal Plus para emitir en abierto. Prisa lo ha conseguido de nuevo y sus competidores están al borde del síncope. Pedro Jota clama desde su editorial: “Los favores a Polanco, una vergüenza para la democracia”, y concluye, tras esforzarse en explicar que su Veo TV sí se merece la licencia, cual plañidera: “¡Pero, claro, nosotros no somos Polanco!”. Y la venganza, en caliente: “Resulta sencillamente bochornoso que el Gobierno esrté gestionando el espectro radioeléctrico con criterios clientelares y con el propósito de recompensar al grupo periodístico que le ayudó a acceder al poder mediante la manipulación de la opinión pública en unos momentos excepcionalmente dramáticos de la vida española”.

Cabreo mundial aparte, las acciones de Sogecable y Prisa se disparan en la Bolsa. Aunque el dúo ítalo-español que forman Antena 3 y Telecinco ya anuncian que recurrirán a los tribunales contra la apertura televisiva. Hay mucho –sobre todo, millones de euros- en disputa en una etapa en la que regresan los altos beneficios. Pero puede que no haya para todos. Y Prisa parte con ventaja: tendría de todo en abundancia, como indica Periodistas 21.

Prisa controlará la televisión por satélite de pago; una cadena en abierto, la nueva Cuatro; una red de emisoras locales, Localia, que emite parte de su programación en cadena; la SER, la radio más potente y de más audiencia; El País, el periódico de referencia en España; y una pequeña red de diarios locales que malviven con el amplio apoyo del resto del grupo. Más: la digital Sogecable tiene poderes sobre derechos televisivos de primer orden. Desde las posibilidades de negociar con los grandes operadores multinacionales y las todopoderosas productoras cinematográficas, hasta el poderoso panel futbolístico. Prisa ya ha asustado con la posible compra de los derechos de la Liga de Campeones, posee los de la Primera y Segunda División españolas y varias de las mejores ligas mundiales. Junto a otros deportes exclusivos, como torneos de tenis o golf o baloncesto.

Polanco negocia ahora desde una posición de fuerza, lejos ya aquellos tiempos en que la competencia con Vía Digital y Telefónica obligaba a ingentes inversiones en contenidos audiovisuales. Tanta fuerza que hasta el enemigo Aznar –como reprocha Pedro Jota al ex presidente del Gobierno- dejó que el dueño de Prisa se fuera de rositas, ampliara sus intereses multimedia y ni siquiera cumpliera la vieja sentencia que condenaba la absorción de Antena 3 Radio por la Ser. ¿Las cosas de Rato, el liberal? ¿O la creencia en el poder eterno, y Polanco entonces sólo era una molestia marginal? La sombra de Jesús del Gran Poder es alargada.

Para Zapatero queda pendiente la reforma de RTVE, que se hará por ley. Las claves: asunción de la deuda de 7.000 millones de euros, financiación mixta y limitada, con un descenso notable de la publicidad (hay que dejar hueco para la Cuarta) y una más que probable reconversión laboral. Flotará en el aire la posibilidad de privatizar algo –lo más beneficioso, seguro- con la vieja excusa capitalista de que harán falta fondos para garantizar un esplendoroso futuro (¿similar al de los astilleros de Sevilla, que lleva un mes sin carga de trabajo tras reducir plantilla y quedar insertos en una fantasmagórica compañía civil esperanzada en la llegada de capital privado?). Aunque más de un socialista estará tentado de utilizar el poder mediático, ahora que, al fin, tocará gobernar.

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