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SOLLOÍNA

Contra la "catalanofobia"

Contra la "catalanofobia"

"Cataluña siempre ha sido una tierra abierta a todos sea cual sea su idioma. Siempre ha sido el lugar en que gente de otros ciudades y otros países ha prosperado y ha hecho prosperar Cataluña. Cataluña siempre ha sido buena para todos y aún será mejor. Y te digan lo que te digan, el Estatut no cambiará lo que siempre ha sido así. Convergència i Unió". Es la cuña radiofónica que los nacionalistas catalanes emitirán a partir del lunes en la Cadena Ser y Onda Cero de Andalucía.

Tras la aprobación del Estatut, tratan de contrarrestar la mala imagen de Cataluña, que achacan al Partido Popular y a determinados medios de comunicación de la derecha. El líder de CiU, Artur Mas [en la foto], quiere que la Generalitat lance su propia campaña en toda España y que se sumen intelectuales, políticos, sindicatos, empresarios y colectivos ciudadanos. Y añade: "Cataluña no puede ser ni merece pagar todos los platos rotos por el simple hecho de ser Cataluña, ni se le pueden negar sus aspiraciones colectivas. No podemos tolerar de forma indiferente que cada propuesta procedente de Cataluña sea replicada a golpes. No podemos pedir perdón cada día por ser catalanes". 

Es la respuesta a aquella campaña del PP andaluz, que acusaba a Zapatero y Chaves de consentir que en Cataluña no se pueda aprender español. Asunto que motivó la apertura del primer informe del Consejo Audiovisual de Andalucía, a propuesta de Izquierda Unida. No caben confianzas en sus conclusiones. Pero el fomento del recelo, cuando no del odio, a Cataluña ha sido el peligrosísimo argumento de los populares durante meses para socavar a Zapatero. El espíritu serbo-bosnio al que me he referido en otras ocasiones. El enfrentamiento entre territorios. Claro que gentes como el honorable Maragall contribuirían a evitar roces innecesarios si no airearan el espantajo de la insolidaridad tan a menudo, para zozobra del no menos honorable Chaves. O si no recurrieran a la altivez adinerada los danzates independentistas de ERC.

El Estatut contiene excesos, entre los que el término "nación" es sólo anécdota, aunque pienso que no supone ninguna ruptura del modelo constitucional del 78, como claman los agoreros apocalípticos. Viene respaldado por la voluntad democrática del Congreso y el Parlamento de Cataluña, y esos son los lugares para proponer alternativas y cambiarlos cuando se tengan votos suficientes. Mientras, será más importante construir entre todos una España habitable y compartida, solidaria y democrática. Federal, a ser posible. En la que la "trama de afectos", que dice Espada, no dependa de una campaña publicitaria.  

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