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Revistas con trucos

Revistas con trucos Este señor de la foto es Richard Smith, director desde 1991 hasta 2004 del British Medical Journal (BMJ), una de las mejores revistas médicas del mundo. Ahora es primer ejecutivo de United Health Europe, una consultora que trabaja para la sanidad pública del reino Unido y otros sistemas de salud europeos. Smith también es directivo de PLoS Medicine, una revista médica en INternet de acceso gratuito. En la edición de mayo, el prestigioso profesional se ha atrevido con dos sectores intocables: laboratorios y prensa. Una maridaje tan peligroso como el de laboratorios y médicos.

Según cuenta Javier Sampedro en El País (de pago) del martes pasado -y no parece que haya tenido mucho eco-, Smith ha denunciado que las publicaciones del sector son una extensión del departamento de marketing de las compañías farmacéuticas".
"La probabilidad de que un ensayo financiado por una compañía farmacéutica tenga resultados favorables a la empresa es cuatro veces mayor que si la fuente de financiación es otra". "Hay fuertes evidencias de que la industria obtiene los resultados que quiere obtener, lo que resulta especialmente preocupante si se tiene en cuenta que entre dos tercios y tres cuartos de los ensayos publicados en las principales revistas médicas están financiados por la industria". ¿Se trata de un problema general, o restringido a algunos laboratorios? "Todas las empresas tienden a obtener las respuestas que desean", responde Smith en un correo electrónico. Pero añade: "No es que sean perversas, sino muy hábiles".
Aun cuando un ensayo clínico sea impecable, hay formas de abusar de su presentación a la comunidad médica. "Una buena estrategia es publicar los resultados positivos varias veces", afirma Smith. "Es posible, por ejemplo, reunir los resultados obtenidos en varios hospitales en distintas combinaciones". Esta práctica ha sido descubierta en dos casos, pero las revistas médicas y los expertos que evalúan los borradores antes de su publicación no pueden detectarla en general. Tendrían que reexaminar los datos paciente a paciente, y esto no suele hacerse.
. "Debo confesar que me costó un cuarto de siglo editando artículos para el BMJ hasta que me di cuenta de lo que estaba ocurriendo", escribe en PLoS. Smith sólo ve una solución: que sea el sector público el que financie los principales ensayos. Pero ¿es viable esa propuesta? "Un ensayo puede costar millones de euros", responde Smith a EL PAÍS, "pero creo que podrían financiarse a nivel europeo, y por un instituto nacional en Estados Unidos. Ambos podrían trabajar juntos. El presupuesto se mediría en centenares de millones de euros al año, probablemente. Pero los ahorros, debidos a la mejor prescripción de los fármacos, serían aún mayores".

Richard Smith defendió posiciones similares en una reciente visita a España con motivo de la V edición del programa Hospitales Top 20. Dijo entonces: . "La idea que debemos impulsar es que exista un acceso universal a la información y que la publicación de ensayos científicos no dependa de factores económicos o de mercado". Que así sea."

1 comentario

jesúsb -

Los laboratorios que qieren una opinión verdadera encargan los estudios de manera anónima a empresas independientes.
Si la ciencia llega a decir que la mera observación influye en el desenlace de un experimento, qué no será cuando juez y parte son la misma persona (ni que sea jurídica)
Lo más sangrante de todo es la autocensura, esas desviaciones que practican las consultoras a favor de su cliente sin estar obligadas a ello,