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El trabajo que me permite comer, vestir y, a veces, viajar y soñar me ocupa más de lo que debiera y el blog ha de quedar, a veces, en un segundo plano. Lo lamento. Casi tanto como las vueltas que se le está dando al Estatuto del Periodista Profesional en vez de abrir, entre todos, una mesurada, profunda y seria reflexión sobre el porvenir de esta tarea, tan ingrata como maravillosa.

Como aportación, quiero contar la historia de un hombre que quería construirse una casa. Amante de la arquitectura, la diseñó minuciosamente desde los cimientos hasta la techumbre. Cuando al fin inició las obras, la Autoridad le mandó parar y precintó la parcela. No era titulado, ni por ende colegiado, ni tenía planos visados por el colegio en cuestión. Otra Autoridad semejante detuvo y encarceló a otro hombre que abrió una consulta médica porque le gustaba sanar y consideraba que tenía dotes y conocimientos suficientes. En prisión oyó a una persona relatar que su presunto delito había sido actuar de abogado ante un tribunal sin titulación, sin colegiarse, sin pagar cuotas, pese a que era un extraordinario experto en la materia.

Un interno del psiquiátrico adjunto se unió a la tertulia a través de la reja para contar que durante muchos años había ido cambiando de profesión cada poco, falsificando estudios y papeles, pero nunca conocimientos. Fue profesor universitario de las más diversas especialidades, adjunto de trasplantes, ingeniero nuclear y hasta psicólogo infantil. Cuando descubrían que no sólo era joven sino indocumentado, lo expulsaban y lo denunciaban.  Siempre, salvo aquella etapa en que ejerció de periodista. Nadie se preocupó de títulos, colegios profesionales, reglamentos. La mejor etapa de su vida. Unos bohemios con aspiraciones literarias, estos redactores, decía. Lo importante era escribir bien. Claro que también había sido muy bueno en todo lo demás, pero únicamente aquí podía trabajar con absoluta libertad, como tantos otros en prensa, radio y televisión. A menos requisitos, mejor.  "Lástima que ganaran tan poco. Por eso lo dejé", concluyó.

Yo también conozco radiotelevisiones estatales, regionales y municipales -públicas y privadas-,  periódicos, gabinetes de comunicación y otros derivados de esta profesión en que  la mayoría del personal no tiene la titulación de periodismo ni estudios técnicos que avalen sus tareas ni nada semejante. Conozco a algún hijo de dueño de emisora, a algún cargo de confianza de algún político, a algún chaval con inquietudes, a alguien que dice que tiene un amigo que dice tener un primo que conoce a un tipo que, como en aquella canción de Serrat. Gente que de pinchadiscos ha pasado a editor y presentador de informativos en una carrera tan meteórica como insustancial. Gente, también, -y alguna muy bien formada- que se desespera en el paro tras cinco años de carrera universitaria que no le sirve para lo que querían hacer y acaban opositando para profesor de Literatura.

Cierto, el Estatuto aporta poco al respecto. Porque en el fondo acepta el estado de cosas y no propugna el cambio radical que la profesión necesita. Peca de timorato en lo fundamental y de puntilloso en otras cuestiones más irrelevantes. Se aceptan opiniones.

Tribulaciones de un Estatuto

El Estatuto del Periodista Profesional, que debate el Congreso de los Diputados y que glosamos aquí, ha sufrido hoy un ataque frontal que puede dejarle malherido. A los pronunciamientos de ABC y El Mundo, se ha sumado hoy El País, el referente gubernamental, con un editorial, Periodistas, muy crítico con la propuesta de regulación presentada por Izquierda Unida. No me interesa tanto la posición en contra del principal periódico de España, por ventas e influencia. Siempre ha rechazado cualquier tipo de control, mediación, titulación y demás intentos de influir en la actividad empresarial del medio, bajo el manipulable paragüas de la libertad de prensa o de información, que no es lo mismo. Es lógico, los propietarios quieren contar lo que les plazca o les convenga a sus variados intereses económicos y comerciales, utilizar los tipos de contrato que quieran, potenciar las enormes posibilidades que les abre la figura del obrero autónomo, convocar el número adecuado de becarios gratuitos que cubran las ruedas de prensa necesarias. ¿Cómo no iba El País a invocar sus derechos inalienables si no deja de ser, en el mejor de los días, un diario liberal, por más que la atalaya ultra le tilde de irredento comunista, que ya es decir?. Así lo deja de claro el editorial del que hablo: "Los redactores del proyecto de ley han soslayado en su inspiración los modelos liberales que mejor funcionan, especialmente el del Reino Unido, que se basa en la autorregulación de los periodistas, la responsabilidad de las empresas, la aplicación en su caso de la legislación civil, penal o laboral y la ausencia de intromisión de los poderes públicos. En lugar de todo ello, el proyecto español opta por un intervencionismo de hechuras rancias, cuyo regusto autoritario no puede más que preocupar a cualquiera que considere que el periodismo en libertad constituye la piedra de toque de la calidad de una democracia".  

Seamos honrados. En España ni es ni ha sido ni parece que será posible la manoseada y ansiada autorregulación, ni las empresas de comunicación tienen el mínimo sentido de la responsabilidad, ni hay quien tenga lo que hay que tener para llevar ante la justicia a tanto depredador, manipulador y aprovechado: el riesgo es excesivo. Por eso, la profesión periodística no tiene asidero en códigos penales o civiles o laborales. Por eso, lo que más me interesa del texto de El País es la trágica radiografía que hace de este trabajo en nuestro país, sin que aporte ungüento en forma de soluciones, aun precarias:

"A pocos observadores atentos se les escapará que el periodismo atraviesa en España uno de los momentos más críticos de su historia reciente. La lista de males no es corta: quiebra de la deontología profesional; manipulación de la información para someterla a intereses espurios; falta de transparencia de muchos medios sobre su estructura o su ideario y fragilidad laboral de amplios sectores profesionales. Todo ello ha cristalizado en una preocupante indefensión de los ciudadanos ante los abusos de algunos medios. Unos abusos que, en demasiadas ocasiones, derivan llana y simplemente en corrupción. (...)  Nadie niega que los problemas existen y que alcanzan por igual a los periodistas, cuyo prestigio se ve salpicado por las malas prácticas de algunos de ellos, y a los lectores, que asisten con creciente estupefacción a la deriva en la que se ha embarcado un reducido grupúsculo de medios en España, tanto de radio y prensa escrita como, pese a su juventud, también de Internet. Con todo, el proyecto de Estatuto del Periodista que debate la Comisión Constitucional del Congreso constituye la peor solución posible que cabía imaginar. Otros países de nuestro entorno viven también, o han concluido ya, procesos de regulación semejantes. Casi siempre con vivas polémicas que, no obstante, no han alcanzado el nivel de ruido del caso español, correlato exacto de la amalgama de insultos, infamias, intromisiones en la intimidad, amarillismo o confusión entre información y opinión que diariamente trata de pasar por periodismo de calidad en los quioscos y las ondas de este país. Traspasar el amplísimo territorio de la opinión para adentrarse resueltamente en los pantanos de la desestabilización de las instituciones democráticas constituye otra peculiaridad española que no tiene parangón en el resto de Europa, y en cuya práctica destaca, de forma paradigmática, la emisora radiofónica de los obispos".

Es un diagnóstico aterrador. No sólo el Congreso de los Diputados, sino las Fuerzas de Seguridad deberían intervenir ante semejante panorama. Ya no es sólo la imposibilidad de que Prisa y Cope, y lo que mueven y significan, -por poner un ejemplo obvio- se sienten a autorregularse, sino que unos llaman a otros golpistas (no seré yo quien lo niegue). Sea como fuere, el paisanaje descrito da miedo; tanto que no parece lo peor una regulación (timorata en unos casos, inapropiada en otros) de la profesión periodística.

De nada de ésto, por cierto, dice nada el presidente de Reporteros sin Fronteras, Fernando Castelló, en su artículo de hoy en ABC, Contra la libertad de prensa, también contra el Estatuto, que vincula con Cuba y Venezuela para reforzar sus descalificaciones. ¿Habla Castelló a título individual o en nombre de tan respetable organización en un caso que tanto divide a los periodistas españoles?  Todavía recuerdo las acusaciones de Luis María Ansón, entonces director de ABC, contra la creación del Comité de Redacción de El País, en junio de 1980. Denunciaba la sovietización del periódico, el riesgo de estalinismo. Avanzamos poco en materia de espantajos. También es llamativo que muchos de los que tanto denigran, por autoritario, la expedición de un carné de periodista aceptaran, sumisos, durante décadas que el dictador Franco tuviera el número uno de la Federación de Asociaciones de la Prensa de España.

El Estatuto tiene lagunas, es mejorable, incluso puede ser rechazable. Pero es un primer paso. Sólo con el debate abierto, ya es un éxito. Máxime entre tanto empresario pirata y oscurantista, y tanto periodista en el alambre.  

El último rojo

Hoy, a las 13.00 horas, en el Teatro Español de Madrid, van a rendir homenaje a Eduardo Haro Tecglen, quien se nos ha muerto bajo el runrun de las teclas, en la trinchera, como anunció su viuda, Concha, en la web que la familia le regaló por su 80 cumpleaños. Su último artículo, titulado El otro Estatuto rechazaba la regulación de la profesión periodística que se debate en el Congreso. Era una oposición izquierdista, contra el Poder, de alguien que sufrió el carné franquista para ejercer y ganarse la vida.

"Con respecto a este estatuto, naturalmente menos fascista que aquél, puedo decir que me siento molesto de una manera general. Un periodista no debe tener más ni menos obligaciones que una persona cualquiera: las laborales deben estar regidas por los acuerdos de su sindicato y sus patronos, en este régimen, y las de la posibilidad de escribir no deben tener más límites que los del Código: es decir, lo que pesa sobre cualquier ciudadano. Como la libertad de prensa no es un derecho del periodista, sino del ciudadano: el periodista es quien la trabaja hasta el punto en que le dejen, y eso no lo va a resolver un estatuto, por muchas cláusulas de conciencia que establezca".

De este asunto, el del Estatuto en cuestión, me ocuparé en otro momento. Ahora prefiero recordar la descripción  que hacía Manuel Vicent de Haro Tecglen. Le comparaba con un soldado japonés, el último rezagado, perdido en la selva de Birmania, que disparaba a todo lo que se movía sin saber que la guerra había terminado hace… ¡más de 60 años! Así ha continuado hasta el final, con la palabra afilada frente los desmanes de la derecha, de los poderosos, con el gesto desconfiado hacia los suyos y el escepticismo de quien ha vivido demasiado y ha sobrevivido a un siglo esperanzado y terrible. Arcadi Espada, en una hermosa despedida, dice que “sólo hablaba de la guerra civil”. Nunca perdonó aquella derrota y sus nefastas consecuencias de cuatro décadas de dolor y cárcel. Le gustaba llamarse rojo, en un intento de aunar y superar en el presente las rencillas y los odios de aquellos perdedores.   

En su última etapa, los jerifaltes de El País le exiliaron a las páginas de televisión. Alguna vez se quejó de ello con cierta amargura. Pero desde esa esquina de “Visto/oído”, el autor de El niño republicano se vengaba a diario con malicia, profundidad de análisis y un inquebrantable izquierdismo de cuantos le habían orillado desde dentro de “su” periódico y se enfrentaba a tanto plumífero de la España negra y castiza contra la que tanto luchó.

 

Más allá, o más acá, de consideraciones ideológicas, incluso sus críticos más despiadados, -y eran muchos, como hemos comprobado estos días-, han tenido que rendirse a la prosa de Haro Tecglen: lo mejor y más innovador del columnismo español actual, en palabras de otro ilustre desaparecido, Lázaro Carreter.

Cierto Concha, sin el airado rojo que trazaba líneas imaginarias de dignidad, nos hemos quedado (más) solos.

Un Estatuto para los periodistas

Sin excesiva publicidad, el Congreso de los Diputados ha iniciado el debate y las comparecencias en torno a la Proposición de Ley sobre el Estatuto del Periodista Profesional (pdf), presentada por Izquierda Unida y apoyada por los demás grupos de la Cámara, excepto el Popular.  La iniciativa partió del Foro de Organizaciones de Periodistas (pdf), que reúne a la Federación de Sindicatos de Periodistas (FeSP), a los Colegios de Periodistas de Cataluña y Galicia, y a las secciones correspondientes de CC.OO y UGT. En principio también figuraba la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE), pero la Junta Directiva presidida por Fernando González Urbaneja se ha desligado del foro por sus discrepancias en torno al Estatuto y prepara un texto alternativo.

Hasta 44 expertos darán su opinión sobre un texto que divide profundamente a esta vieja profesión. La propuesta define el concepto de periodista, establece la acreditación a través de un carné que será expedido por un Consejo Estatal  de la Información o sus equivalentes autonómicos. El consejo, elegido por mayoría de dos tercios por el Congreso y el Senado, estará integrado por ocho periodistas, cuatro representantes empresariales, dos juristas, cuatro representantes de los sindicatos y cuatro miembros de asociaciones de consumidores, radioyentes o telespectadores.

Este consejo, que estará financiado por los Presupuestos Generales del Estado, creará tres comisiones. Una de Acreditaciones, para expedir el carné; otra Deontológico; y una más, de Estudios. La Proposición de Ley incluye como anexo un detallado Código Deontológico de obligado cumplimiento. La norma prevé sanciones para violaciones leves y graves; entre éstas, establece multas que pueden llegar al 10% de los beneficios netos de las empresas.
Aboga por la independencia del periodista, que habrá de respetar la línea editorial del medio para el que trabaje y que deberá cumplir un estricto régimen de incompatibilidades, y regula la cláusula de conciencia, el secreto profesional y el acceso a las fuentes. También establece Comités de Redacción como cauce de participación de los profesionales en la orientación editorial.
Hasta aquí lo más destacado. De momento, quiero sumarme al debate profesional facilitando enlaces a otros resúmenes y a distintas posiciones. El País publica hoy un amplio informe bajo el título El otro Estatuto firmado por Rosario G. Gómez. Un encabezamiento ya utilizado por Charo Marcos en su reportaje para el El Mundo.es. Desde una óptica estrictamente empresarial, ABC y El Mundo ya han publicado sendos editoriales muy duros contra la regulación de la profesión periodística. Inconstitucional e intervencionista son los calificativos más suaves que ha recibido el documento que está en el Congreso. Estalinista y franquista son otros.

El reproche de franquista les ha sido devuelto desde Comisiones Obreras, que achaca esta reacción a los intereses mediáticos y empresariales de determinados grupos de comunicación. Otros profesionales y colectivos defensores del Estatuto insisten en la necesidad de profundizar en derechos constitucionales, garantizar la independencia de los profesionales y regular algunas figuras laborales. 

Aunque mantiene una posición radicalmente en contra de la regulación, es preciso destacar la labor del asesor de medios y periodista Juan Varela, quien desde su blog, Periodistas 21, mantiene un wiki con toda la información sobre este debate, al que deberían sumarse el mayor número de profesionales y ciudadanos. Porque nos concierne a todos.

Consejo Audiovisual de Andalucía

Al final, hubo consenso y todos los grupos del Parlamento andaluz (PSOE,PP, IU y PA) han acordado proponer "de manera conjunta" a los once miembros de este nuevo órgano, que ha de velar por "la libertad de expresión, el derecho a la información veraz y la pluralidad informativa, garantizando el respeto a la dignidad humana y el principio constitucional de igualdad". Pero es otro paripé político. Cada uno es de su padre y de su madre, y ha sido propuesto por un partido político, al que -nos tememos como tantas otras veces- rendirán obediencia, lo mismo que hacen, sin pudor alguno, los mismísimos jueces del Consejo General del Poder Judicial.

Y como a cada cual lo suyo, hay que reconocer que los socialistas han renunciado a reproducir su mayoría absoluta parlamentaria en aras del consenso, después de que amenazasen antes de las vacaciones con dejar a los populares con dos representantes, los mismos que IU, a pesar de la notable distancia en número de escaños entre ambas formaciones. También hay paridad, aunque con ligera ventaja para ellos: seis hombres por cinco mujeres. La aprobación definitiva tendrá lugar, por el trámite de lectura única, en el último pleno de septiembre.

He aquí la alineación del Consejo Audiovisual de Andalucía:

* PSOE

- Manuel Ángel Vázquez Medel, catedrático de Teoría de la Comunicación de la Universidad de Sevilla, que presidirá el organismo. (Sustituye el catedrático de Periodismo en Málaga Bernardo Díaz Nosty, quien se dejó entrevistar en su día como virtual presidente de la cosa y ahora se ha caído por sorpresa; pero niega discrepancias políticas para apelar a las rígidas incompatibilidades del cargo, que afectarían a su labor docente).
- Francisco Cervantes, fue el primer director de Canal Sur Televisión tras trabajar en RTVE, empresario de televisión con extraordinarios vínculos profesionales con la RTVA. (Lo que la derecha andaluza -mediática y política- llama productor "pata negra").
- Carmen Fernández, periodista y jefa de prensa del Servicio Andaluz de Salud en Cádiz.
- Cristina Cruces, profesora de Antropología Cultural de la Universidad de Sevilla y miembro del grupo asesor del PSOE andaluz sobre la reforma del estatuto de autonomía.
- María Luisa Pérez, catedrática de Ciencias Políticas de la Universidad de Jaén.

* PP

- Carmen Elías, periodista de Canal Sur TV.
- Francisco Gutiérrez, profesor de Derecho Constitucional en la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla.
- Marino Díaz Guerra, ex subsecretario de Administración Pública con el Gobierno del PP.

* IU

- Eduardo Castro, periodista de TVE en Granada.
- Mercedes de Pablos, periodista, ex directora de Canal Sur Radio.

* PA

- José María Arenzana, periodista, columnista de ABC Sevilla.

Cada uno, lo que sabe

El consejero de Presidencia de la Junta de Andalucía, Gaspar Zarrías, el hombre de los poderes mágicos, abrió ayer el VII Curso de Radio y Televisión Local organizado por la Cadena COPE y la Universidad de Sevilla, con una ponencia sobre "Información y Poder". Si no de lo que sabe, cada uno habla de lo que maneja. Y hay quien le atribuye al gran Gaspi una extendida sabiduría en materia de medios; sobre todo en aquellos que residen al otro lado de río Betis.

Al margen de anunciar para otoño el concurso de adjudicación de televisiones locales digitales, Zarrías filosofó cosas como estas ante directivos de la radio de los Obispos (entre ellos mi muy estimado Eusebio, no sé si aún con el deje de su sonrisa burlona ante los aconteceres diarios) y universitarios:

* La prensa "no es el cuarto poder", dijo, sino el segundo, tras el económico y por delante del ejecutivo y del judicial.
* "Quienes participan del negocio de la prensa están perfectamente instalados entre los poderes" de la sociedad.
* Los medios de comunicación y los poderes públicos están "inequívocamente abocados a entenderse", pero "no se puede supeditar la acción de un Gobierno al poder de la imagen".

La tímida democracia tiembla, bolso en ristre, agazapada en la esquina. Bajo la atenta mirada de una cámara de viodeovigilancia o reality show.

El caso Miller

El caso Miller "Si no se puede confiar en que los periodistas mantengan lo que se les dice en confianza, entonces los periodistas no pueden trabajar y no puede haber prensa libre.

"No podemos consentir que haya 50.000 periodistas que decidan por su cuenta sobre si revelan o no sus fuentes. No podemos tolerarlo".

Sobre estos polos gira el conflicto más grave de las últimas décadas entre la prensa y el Gobierno de Estados Unidos. La primera frase corresponde a la periodista Judith Miller, de The New York Times, que está en prisión por no querer declarar ante un juez norteamericano sobre una fuente informativa relacionada con la publicación del nombre de una espía de la CIA, lo que está penado en Estados Unidos. La segunda idea es del fiscal especial del caso, Patrick Fitzgerald.

El caso tiene todos los ingredientes de una novela de ficción. Así lo resumen Juan Varela, en Periodistas 21:

"Otro reportero, Matthew Cooper, de Time, corría el mismo peligro, pero su empresa decidió colaborar con el juez sin su consentimiento y el propio reportero anunció a última hora que su fuente confidencial le había eximido de respetar el secreto, por lo que puede identificarla ante el jurado. Robert Novak, el columnista republicano que reveló el nombre de la agente de la CIA no está encausado. Karl Rove, el asesor presidencial arquitecto de los éxitos electorales del presidente Geroge W. Bush está señalado como la fuente que hizo estallar el escándalo".

Ugarte, en Guerra eterna, aporta otro ángulo, el de las informaciones de Miller dando por buena la versión de Bush sobre la existencia de armas de destrucción masiva en Irak:

"El director y el presidente del NYT han prestado todo su apoyo a Miller. Otros periodistas no se creen su defensa de la libertad de expresión y de la necesidad de contar con fuentes anónimas, y de proteger su identidad, para controlar al Gobierno. Más que nada porque antes de la guerra de Irak, no fue ésa precisamente la función de Miller. Entonces, el trabajo de Miller sirvió al Gobierno de EEUU para convencer a los norteamericanos de la necesidad de invadir Irak. Ahora, esos soldados con los que se compara Miller están sufriendo las consecuencias de su periodismo-al-servicio-del-poder".

Ningún periodista debería ir a la cárcel por defender el secreto profesional. Pero tampoco debemos reclamar la irresponsable impunidad absoluta. Hay que exigir leyes y normas claras, que no utilicen la libertad de información para encubrir intereses corporativos y/o empresariales, y que propicien el derecho y la participación de los ciudadanos en una sociedad cada vez más libre. A pesar de la zarpa del terror. O por eso mismo.

México (menos) lindo

México (menos) lindo "(La televisión) es quizá el poder fáctico más importante en México, sólo comparable con el narcotráfico porque ni siquiera la Iglesia. La rebasa ampliamente porque la Iglesia necesita de la televisión, no al revés. (...) Lo que a mi me preocupa es que una de las estructuras sobrevivientes del viejo régimen mexicano más fuertes, más poderosas, en la medida en que la crisis de los partidos le ha permitido tener mayor poder, es la estructura televisiva, la del poder mediático. (...) Representa un freno para la plena democratización". Jenaro Villamil, redactor del semanario Proceso, sobre su recién publicado libro "La televisión que nos gobierna. Modelo y estructura desde sus orígenes" (Editorial Grijalbo).

Televisa controla el 60 % de las 461 concesiones que existen en México, y TV Azteca, el 22 %. "No hay un nivel de concentración así en ningún país del mundo". La concentración, la discrecionalidad y la baja calidad son sus principales problemas. Como en tantos otros.

La casualidad quiere que otro conflicto en un medio de comunicación mexicano ocupe el interés de Periodistas 21. El diario Noticias de Oaxaca lleva quince días ocupado -y sus periodistas secuestrados- por militantes de un sindicato manejado por el Gobierno del Estado, bajo mandato del viejo Partido Revolucionario Institucional (PRI). Con la excusa de exigir al periódico y sus gentes que se sumen a una supuesta huelga laboral, tratan de silenciar un medio crítico con los antidemocráticos y mafiosos métodos del PRI. Ante las protestas internacionales, el presidente de la República, Vicente Fox, se ha visto obligado a intervenir. Pero la lucha continúa.

Todos ganan, hasta los blogs

El Estudio general de Medios (EGM), segunda oleada del año, en mayo, deja, como suele, un rastro de reacciones en el que, cual elecciones, la victoria visita cada casa y todos contentos. Salvo cuando llegan los publicistas, que son muy suyos, y pagan lo que corresponde a la audiencia/venta real de cada casa. Claro: es la cuenta de resultados, estúpido. No el baile de cifras.

Y así tenemos que EL PAÍS se mantiene como el diario de información general más leído. Atentos al verbo "mantener". Quiere decir que baja algo (5.000 lectores). El diario de referencia hace un repaso medio a medio a favor de corriente. O sea, de Prisa. Y se esmera en los datos de la Ser, que queda así así ante el nuevo empujoncito de la Cope y la entrada en liza de Radio Nacional de España.

Cambiamos de acera. El Mundo vuelve a batir récord de audiencia con 1.400.000 lectores, un 0,9 % más que en el primer trimestre, frente a El País, que baja un 0,2 %. Se hila fino. Tanto como para titular: La Ser pierde oyentes pero sigue por encima de los cinco millones. El último año la cadena de Polanco cae casi un 6 % y la de los obispos sube casi un 17 %, aunque Jiménez Losantos pierde fuelle en la mañana y cae de 1.778.000 oyentes a 1.636.000. Su competidor, Iñaki Gabilondo, baja 89.000, pero sigue cerca de los tres millones.

En Prensa, miedo a los gratuitos, que tienen unos seis millones de ejemplares de tirada. (Vence el 20 minutos con dos millones 129 mil). Ilustrativa la imagen de la limpiadora de la empresa, a la hora del café, ensimismada en el Qué!, cuando tiene a mano todos los diarios de pago de Sevilla.

Juan Varela, en Periodistas 21, hace un análisis alejado de los intereses comerciales de cada bando mediático. Con un llamativo descenso del consumo televisivo y casi 7,5 millones de internautas. Aunque el informe E-España 2005, de la Fundación Auna, revela un "relativo estancamiento del desarrollo tecnológico y digital del país con respecto a sus vecinos, algunos de los países más fuertes de la Unión Europea". Suben los weblogs, pero lejos aún de la relevancia del español hablado. Las bitácoras ocupan el séptimo puesto del ranking, por detrás del polaco.

Korpa y la precariedad periodística

Korpa y la precariedad periodística A las 13.00 horas de hoy, en el Centro de Conciliación y Arbitraje de Sevilla tiene lugar el acto de conciliación entre KORPA y la familia de Ana Belén García, que ha presentado una demanda en la que exige a esta agencia de prensa del corazón el reconocimiento de la relación laboral que mantenía con esta periodista. Ana Belén, de 26 años, falleció en accidente de tráfico el pasado 20 de enero cuando, por orden de esta empresa, se trasladaba en coche desde Sevilla hasta Villafranca (Córdoba) para cubrir el acto de inauguración de un tramo del gasoducto Huelva-Madrid presidido por los Príncipes de Asturias. La familia considera que fue un accidente de trabajo.

Así lo asegura la convocatoria del Sindicato de Periodistas de Andalucía (SPA), que ha llamado a una concentración de apoyo a la familia ante la sede del Centro de Conciliación y Arbitraje (Avda República Argentina, 21) en el que se denunciará una vez más la precariedad laboral permanente a la que están sometidos los periodistas. El acto, abierto la participación de toda la ciudadanía, comenzará a las 12.45 horas. Mientras los allegados de la joven buscan una "reparación moral", el SPA quiere que este caso permita poner al descubierto la falta de derechos de muchos reporteros y, sobre todo, los del corazón, que "trabajan sin contrato y sin cobertura social y laboral, aunque en casi todos los casos existe una clara relación con sus empleadores en este sentido". El presidente del Sindicato de Periodistas de Cataluña, Dardo Gómez, ha explicado las irregularidades más habituales, como obligar a darse de alta como autónomo a un colaborador que, en muchos casos, realiza trabajos de empleado fijo.

Este caso, además, afecta a KORPA, una de las agencias más poderosas del mercado mediático, con un equipo superior al centenar de personas. Dirigida por Álvaro García-Pelayo, su hermana Paloma es directora de Gestión y Explotación y colaboradora del programa de cotilleos de Antena 3 TV "¿Dónde estás, corazón?", su mujer, Ángela Portero, es la directora de Contenidos y Proyectos y participa en "Salsa rosa", el espacio de cotilleos de Telecinco. Otra del gremio, Karmele Marchante, se ha referido al grupo en medio de la disputa suscitada por la muerte de Carmina Ordóñez, quien fuera una de las estrellas de la agencia.

Es en ese mundo despiado, que a veces se nos trata de vender con humor y desperpajo, en el que se puede dar todo por una noticia para recibir, en el mejor de los casos, una gratificación que permita llegar a fin de mes o un mínimo contrato temporal. Porque las exclusivas las negocian y las cobran otros.

Ampliado a las 9.40 horas

No existen datos fiables -yo al menos no los encuentro o Google no da para tanto- sobre la precariedad laboral en el periodismo. Algún indicio ofrece este informe de la Agrupación General de Periodistas de UGT o las conclusiones del I Congreso de la Federación de Sindicatos de Periodistas. Más exacta es la tozuda realidad. He aquí algunos ejemplos de la experiencia propia:

* RTVE deja fuera de su convenio colectivo a 400 contratados.

* Es práctica habitual en numerosos medios de comunicación andaluces, incluso públicos, solicitar y recibir cada varios meses a un grupo de becarios sin sueldo -pueden llegar a la decena en algunos periódicos- de la Facultad de Comunicación de Sevilla.

* También es común obligar a los colaboradores a darse de alta como autónomos. Es el caso de la coordinadora de un suplemento de un diario propiedad de un poderoso grupo que presume de andaluz y que trata de ampliar sus fronteras mediáticas... para cobrar 600 euros al mes dos años después de terminar la carrera y harta de ser engañada en prácticas que jamás concluían en contrato.

* Los jóvenes periodistas andaluces dicen que tienen que superar diversas barreras: saltar de estudiantes becados a becarios y/o universitarios en prácticas; de ahí a colaboradores o contratados sin derechos y con un sueldo ínfimo del que no pueden vivir, para aspirar a la utopía de alcanzar un empleo estable con un salario digno.

La vida va quedando en el camino.

La Audiencia Nacional, con Couso

La Audiencia Nacional, con Couso La concentración semanal ante la embajada de Estados Unidos en Madrid en memoria del cámara de Telecinco, José Couso, fallecido en Bagdad en una acción de tropas norteamericanas el 8 de abril de 2003, ha celebrado esta tarde la certeza de que al menos la Justicia española tratará de esclarecer el caso. La protesta ha coincidido con el anuncio de que el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz cursará a los Estados Unidos una comisión rogatoria para interrogar a tres mandos militares implicados en el ataque de un tanque al hotel Palestina, donde se alojaban la mayoría de los periodistas que cubrían la guerra, y que causó la muerte de Couso. El disparo mató también al cámara ucranio de la agencia Reuters Taras Protsyuk. Periodistas españoles que residían en el edificio en el momento de los hechos han declarado ante el juez que fue un acto premeditado.

Según relata El Mundo.es, el juez Pedraz ha aceptado practicar una de las diligencias que le solicitó la semana pasada la acusación ejercida por la asociación Reporteros sin Fronteras. Le imputa un delito contra la comunidad internacional al sargento Thomas Gibson (el tanquista que disparó), al capitán Philip Wolford (el superior que autorizó el disparo) y el teniente coronel Philip de Camp (quien ordenó la acción contra el hotel Palestina).

Fuentes jurídicas indican que el magistrado ofrecerá a las autoridades norteamericanas la posibilidad de que los tres militares se desplacen a España o en su defecto viajar él mismo a Estados Unidos para tomarles declaración. Tras conocer la decisión del juez de la Audiencia Nacional, una fuente del Departamento de Estado norteamericano sin identificar citada por la agencia británica Reuters aseguró que "llegará un día muy, muy frío en el infierno antes de que eso ocurra". Un informe del Pentágono sobre el incidente concluyó en su día que las fuerzas estadounidenses no cometieron "falta o negligencia".

Los familiares de Couso y el Colectivo de Hermanos, Amigos y Compañeros volverán en breve a Estados Unidos para denunciar su muerte ante representantes del Congreso y del Senado, asociaciones cívicas y medios de comunicación, como ya hicieron del 16 de marzo al 9 de abril. Desde entonces, políticos y grupos ciudadanos han presionado en las instituciones norteamericanas para debatir y analizar el caso, al menos.

El PP, ahora frente a los periodistas

El PP, ahora frente a los periodistas Siempre que un partido político se ha quejado de la manipulación informativa de los medios públicos ha dejado a salvo de la crítica a los profesionales. Es una actitud hipócrita. Unos y otros saben que el primer filtro es el del periodista, sea del grupo que sea. Luego vienen editores, redactores jefes y demás autoridades para limar, encajar y hasta desdibujar, si hace falta. Pero hay un trabajo inicial, el del reportero que acude al lugar del hecho, a contarlo. El Partido Popular ha decidido enfrentarse al plumilla para disparar, por elevación, a sus jefes.

Ocurrió el domingo, cuando el secretario ejecutivo de Comunicación del Partido Popular, Gabriel Elorriaga, tras valorar el éxito de la manifestación de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, arremetió contra TVE, RNE y la agencia de noticias Efe, por la cobertura de la protesta. Lo cuenta El País de ayer lunes: El redactor de Televisión Española Santiago González le preguntó si había visto la información de la cadena pública y le espetó: "Mire, la información lahice yo, y colocamos un rótulo bien grande en el que se informaba de que la organización estimaba que habían asistido 850.000 personas". El periodista recordó al político que se habían ofrecido cifras de la delegación del Gobierno, la policía local y la presidencia de la Comunidad. También replicó una informadora de Efe.

Elorriaga no rectificó y se limitó a anunciar que el PP no volvería a participar en el programa de debate-espectáculo "59 segundos", objeto de varias polémicas, más por la incontinencia verbal de sus participantes que por la intensidad de las opiniones expuestas. TVE calificó de "inverosímil" la disculpa de los populares y les recordó que en 10 meses ha habido el doble de tiempo dedicado a debates que en los tres últimos años de Gobierno de Aznar. La estatal fue la única cadena nacional que dio en directo el inicio de la marcha de la AVT.

Al secretario ejecutivo de Comunicación del PP -por nombre y cargo que no quede-, le sonará a cuento todo ésto. El ha cumplido con su papel de ventilador. Le da igual si la denuncia es cierta o no, si daña a un profesional o a cientos. Le ampara la poderosa maquinaria partidista. No le da por preguntarse por qué Fraga aún no ha respondido si va a debatir con los demás candidatos a las elecciones gallegas; las tergiversaciones y manipulaciones de las cadenas autonómicas que controlan los populares; la rémora dejada por los ex directivos de RTVE y sus corifeos, ahora enrolados en las regionales. Algunas cosas han cambiado en el grupo estatal, tímidos avances respecto a las promesas de Zapatero, al que también aquí le va quedando cada vez menos margen. Hay que insistir en que debe poner de acuerdo a los sabios y a Solbes y diseñar luego un proyecto común para los medios públicos, que libere también a los autonómicos. Sean de Esperanza Aguirre o de Manuel Chaves.

De momento, al menos dos redactores han reaccionado a la burda agresión de un político que sólo pretendía esparcir basura. Será que ve otra tele. O la ve con malos ojos. Pero los profesionales no debemos dejarnos. Ni con sus señorías no con nuestros jefes.

(Foto: Elorriaga con la presentadora de "59 segundos")

El agente que derribó a Nixon

El agente que derribó a Nixon Es una de las noticias sobre periodismo de la década. La revista norteamericana "Vanity Fair" ha desvelado uno de los secretos mejor guardados de la historia de la profesión: ¿Quién se escondía tras el apelativo de "Garganta profunda"? ¿Quién era la fuente anónima que facilitó a los jóvenes reporteros de The Washington Post, Bob Woodward y Carl Berstein, las claves para revelar el caso Watergate, que se cerró con la caída del presidente de los Estados Unidos Richard Nixon en 1974? Era Mark Felt, subdirector adjunto del FBI, que ahora tiene 91 años y que tenía cuentas pendientes con el hombre más poderoso del planeta. Bien que se las cobró.

La blogosfera mediática se ha volcado con el asunto. No era para menos después de 30 años de conjeturas. He aquí algunos enlaces de interés.

* Guerra eterna: Resume el relato de Vanity Fair y las andanzas del personaje.
* Arcadi Espada: Las consecuencias periodísticas: "Respecto al Why cuentan que Nixon no le nombró director de la Cia, y se vengó. Si esto fuera cierto me gustaría convocar aquí mismo a los odontólogos que distinguen entre el periodismo de investigación y el de filtración. A los que sostienen que la verdad en manos de resentidos es mentira. A los que se niegan a colocar al traidor entre los sujetos decisivos de la historia. Estos mismos que están haciendo ahora mismo un melodrama entre si Felt fue un héroe o un traidor. Quiá! Un heroico traidor. Porque el Why profundo, y el único que cuenta para un periodista, remite siempre al What. No porque Felt fuese relegado. Sino porque el presidente de Estados Unidos espió, chantajeó y mintió".
* Juan Varela, Periodistas 21: La historia el caso y su conclusión, el debate sobre las fuentes, la labor de los medios: "Si Garganta Profunda no hubiese existido, el Watergate nunca hubiera sido descubierto y posiblemente el periodismo de los últimos 30 años no hubiera sido el mismo (...) Seguimos necesitando fuentes anónimas si queremos controlar y denunciar los abusos del poder. No son incompatibles con una trabajo preciso y riguroso".

(Foto AP: Mark Felt desenfundando su pistola en 1958. En El Mundo.es)

El burka de la libertad

El burka de la libertad Los talibanes cayeron en Afganistán, pero los sectores religiosos más conservadores siguen imperando. Shaima Rezayee, de 24 años de edad (en la foto), conductora de un popular programa musical de TV —una suerte de MTV "demasiado occidental" y liberal para los criterios locales—, fue asesinada ayer de un balazo en la cabeza, en un país donde tan solo en abril pasado otra mujer fue lapidada hasta la muerte por adulterio. (...) En un oscuro vaticinio de lo que ocurriría más tarde, el canal de TV comenzó a recibir las quejas de la audiencia más conservadora esgrimiendo el argumento de que "Hop" promovía valores antiislámicos. Entre los más críticos figuraron el mismo titular de Justicia y presidente de la Corte Suprema del país, Fazl Hadi Shinwari, quien aseguró que "Hop" es una burla evidente al islam como religión y a Afganistán como país.

(Lo ha contado el diario argentino Clarín a raiz de la denuncia de Peacereporter.net. Amplía detalles Periodista Digital).

Reporteros sin Fronteras, que ha condenado el asesinato, exige una investigación que esclarezca los hechos y recuerda que Shaima Rezayee es la primera periodista muerta en Afganistán desde el final de la guerra, en 2001. La lucha en defensa de las mujeres afganas continúa...

Revistas con trucos

Revistas con trucos Este señor de la foto es Richard Smith, director desde 1991 hasta 2004 del British Medical Journal (BMJ), una de las mejores revistas médicas del mundo. Ahora es primer ejecutivo de United Health Europe, una consultora que trabaja para la sanidad pública del reino Unido y otros sistemas de salud europeos. Smith también es directivo de PLoS Medicine, una revista médica en INternet de acceso gratuito. En la edición de mayo, el prestigioso profesional se ha atrevido con dos sectores intocables: laboratorios y prensa. Una maridaje tan peligroso como el de laboratorios y médicos.

Según cuenta Javier Sampedro en El País (de pago) del martes pasado -y no parece que haya tenido mucho eco-, Smith ha denunciado que las publicaciones del sector son una extensión del departamento de marketing de las compañías farmacéuticas".
"La probabilidad de que un ensayo financiado por una compañía farmacéutica tenga resultados favorables a la empresa es cuatro veces mayor que si la fuente de financiación es otra". "Hay fuertes evidencias de que la industria obtiene los resultados que quiere obtener, lo que resulta especialmente preocupante si se tiene en cuenta que entre dos tercios y tres cuartos de los ensayos publicados en las principales revistas médicas están financiados por la industria". ¿Se trata de un problema general, o restringido a algunos laboratorios? "Todas las empresas tienden a obtener las respuestas que desean", responde Smith en un correo electrónico. Pero añade: "No es que sean perversas, sino muy hábiles".
Aun cuando un ensayo clínico sea impecable, hay formas de abusar de su presentación a la comunidad médica. "Una buena estrategia es publicar los resultados positivos varias veces", afirma Smith. "Es posible, por ejemplo, reunir los resultados obtenidos en varios hospitales en distintas combinaciones". Esta práctica ha sido descubierta en dos casos, pero las revistas médicas y los expertos que evalúan los borradores antes de su publicación no pueden detectarla en general. Tendrían que reexaminar los datos paciente a paciente, y esto no suele hacerse.
. "Debo confesar que me costó un cuarto de siglo editando artículos para el BMJ hasta que me di cuenta de lo que estaba ocurriendo", escribe en PLoS. Smith sólo ve una solución: que sea el sector público el que financie los principales ensayos. Pero ¿es viable esa propuesta? "Un ensayo puede costar millones de euros", responde Smith a EL PAÍS, "pero creo que podrían financiarse a nivel europeo, y por un instituto nacional en Estados Unidos. Ambos podrían trabajar juntos. El presupuesto se mediría en centenares de millones de euros al año, probablemente. Pero los ahorros, debidos a la mejor prescripción de los fármacos, serían aún mayores".

Richard Smith defendió posiciones similares en una reciente visita a España con motivo de la V edición del programa Hospitales Top 20. Dijo entonces: . "La idea que debemos impulsar es que exista un acceso universal a la información y que la publicación de ensayos científicos no dependa de factores económicos o de mercado". Que así sea."

Los peligros de la norma

Los peligros de la norma El periodismo norteamericano vive de sobresalto en sobresalto por las malas prácticas profesionales, a pesar de sus continuos exámenes de conciencia. El último caso afecta a la prestigiosa revista Newsweek, que ha tenido que retractarse de un artículo publicado hace dos semanas sobre supuestos abusos a los musulmanes detenidos en la base de Guantánamo. El texto, apenas una nota, relataba que militares estadounidenses habían tirado un ejemplar del Corán por el retrete, lo que constituye una profanación para los creyentes en Alá. Lo firmaban Michael Isikoff y John Barry, dos reputados reporteros, y, como tantas otras veces, apelaba a fuentes anónimas. Pero su difusión desató la furia de los islamistas en varios países, sobre todo en Afganistán, donde las violentas protestas se saldaron con al menos 16 muertos y agresiones contra ciudadanos e intereses norteamericanos.
La gravedad de la situación obligó a Newsweek a revisar su proceso informativo y entonces la "fuente del Gobierno bien informada" no ratificó su versión y esparció dudas sobre la veracidad de lo ya publicado. La revista se retracta, pero su director, Mark Whitaker, explica que "todo el mundo se comportó profesionalmente y siguiendo estrictamente las normas". No hubo comportamiento contrario a la ética, invenciones o descuidos. No se tomarán medidas disciplinarias. Eso sí, extiende su pésame a las víctimas de la violencia y a los soldados. Algunos no podrán darle las gracias.
Isikoff, ya popular por destapar el caso Clinton-Mónica Lewinsky, se parapeta en que "ni Newsweek ni el Pentágono previeron que una referencia a la profanación del Corán fuera a crear el tipo de respuesta que tuvo, las posibles ramificaciones". La Casa Blanca considera insuficientes las disculpas. The Wall Street Journal atribuye el error a la desconfianza de los medios de comunicación con los militares a causa de lo que califica el síndrome de Vietnam y recuerda que quienes critican el uso de fuentes anónimas dicen que se abusa de ello para ocultar la pereza de un periodista, su opinión o incluso sus invenciones. (A cada cual peor).
El caso Newsweek se suma a otros sonoros escándalos relacionados con prestigiosos periodistas. La estrella de la televisión CBS News, Dan Rather, adelantó su retirada al ofrecer informaciones erróneas sobre el servicio militar del presidente Bush en plena campaña electoral. Ha sido uno de los más sonados, pero el goteo es constante y la credibilidad de los medios cae imparable. Tanto que un reciente informe de la Universidad de Connecticut revela que seis de cada diez encuestados aseguran que la cobertura informativa es tendenciosa. El 53% considera inadmisible el uso de fuentes anónimas, que para muchos profesionales es clave para desvelar tramas ocultas. Más grave aún: el 22 % de los ciudadanos está a favor de que el Gobierno censure a los medios.

Filipinas, periodistas al fondo

Filipinas, periodistas al fondo Imagine usted lo inimaginable: tener que pagar con la vida por haber escrito un artículo o tomado un fotografía. Porque resultó ofensivo para alguien, o porque se tocó un tema delicado. (De la Asociación Mundial de Periódicos)

Filipinas es el país más peligroso del mundo para ejercer el periodismo, con 69 profesionales muertos de forma violenta desde que el país instauró la democracia en 1986, cinco de ellos en lo que va de año. Hay diferencias en las cifras, pero el dictamen es el mismo sea Reporteros sin frontera o el Comité para la Protección de los Periodistas . El último asesinato se produjo la semana pasada en el norte del país, cuando un redactor recién había terminado la edición de un periódico comunal en el que se acusaba de corrupción al alcalde.
Ante el dolor y el clamor del gremio agredido, al fin se han reunido Gobierno, Policía, Medios de Comunicación y otros sectores sociales. La Administración filipina creará un “Fondo para una Prensa Libre”, dotado con cinco millones de pesos (92.500 dólares). Se destinarán a recompensar a quienes ayuden a arrestar a sospechosos de los asesinatos de periodistas, a proteger a testigos -algunos de los cuales han sido también asesinados-, y a crear un “Equipo de Reacción Rápida” para actuar ante los incidentes violentos que afecten a la Prensa.
Según informa Virginia Hebrero para la Agencia Efe, la presidenta, Gloria Macapagal Arroyo, dice ahora que no descansará hasta llevar ante la justicia a los asesinos y ha pedido al Gobierno una actuación decidida. El presidente del Congreso, José de Venecia, afirmó que “el continuo asalto contra la prensa en Filipinas ha sido señalado por la comunidad internacional y nos ha dado una mala imagen (…) Pero lo más importante es que debemos hacer algo con estos asesinatos, porque sus autores sienten que pueden seguir adelante con sus crímenes porque no les pasará nada en ningún caso”.
Los profesionales recelan y tienen muy claro donde hay que centrar las investigaciones. La Unión Nacional de Periodistas de Filipinas (NUJP, en inglés), considera la creación del fondo “un primer paso” y se congratula de que, al menos, el Gobierno haya reconocido la situación de crisis. En un comunicado asegura que “las víctimas fueron asesinadas por individuos o grupos poderosos y muy ricos relacionados con el crimen y la corrupción”. La NUJP ya pidió el viernes en otro documento la intervención de la presidenta de Filipinas para atajar la campaña de calumnias contra los profesionales procedente del Ejército. Altos responsables de las Fuerzas Armadas habían calificado a los periodistas de “enemigos del Estado” y los incluyeron en una lista negra. El jefe de un distrito militar señaló que “un grupo comunista clandestino controla la NUJP”. El propio ministro del Interior, Angelo Reyes, ha lamentado que la prensa no dedique la misma atención a las muertes de soldados y policías que a las de los reporteros.
Ahí está el tumor, y no hay Fondo que lo ataje sino lo ordena la Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas filipinas. Suponiendo que le hagan caso. Pero es preciso intervenir, presionar, denunciar el genocidio de los periodistas de ese país. Así lo revela el estremecedor relato "Yo ando armado", de Jose Torres Jr., redactor jefe de abs-cbnNEWS.com, miembro del Centro por la Libertad y Responsabilidad de los Medios en Manila y director del Sindicato Nacional de Periodistas de las Filipinas. Concluye este artículo para la Asociación Mundial de Periódicos:

Algo anda terriblemente mal. Pero en las Filipinas, donde un alto funcionario de la policía admitió que le hierve la sangre cada vez que ve a un periodista, nada parece funcionar como debería. Sin embargo, una cosa es segura: a pesar de los asesinatos y las intimidaciones, los periodistas filipinos siguen ejerciendo su oficio. Lamentablemente, algunos de ellos están desesperados. “No existe ya un terreno intermedio para los periodistas”, dijo un reportero. “O uno se corrompe, o pierde la vida”.

(Ilustración del dibujante francés Michel Cambon)

Libertad de Expresión

Libertad de Expresión Declaración Universal de Derechos Humanos. Art. 19:
“Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión”.
Constitución Española. Artículo 20:
Se reconoce y protege el derecho a comunicar o recibir libremente
información veraz por cualquier medio de difusión.

Hoy conmemoramos el Día Internacional de la Libertad de Expresión, una iniciativa que puso en marcha la 26ª Conferencia General de la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura), de 1991, al aprobar una resolución titulada “Fomento de la Libertad de Prensa en el Mundo” en la que reconocía que una prensa libre, pluralista e independiente es un componente esencial de toda sociedad democrática. El 20 de diciembre de 1993, la Asamblea General de las Naciones Unidas reconoció el 3 de mayo como el Día Mundial de la Libertad de Prensa.
Reporteros sin Fronteras conmemora este año con el lema “Apoyo a los Medios de Comunicación en los Conflictos Armados y en Países en Transición” para traer al primer plano del debate las enormes dificultades de la información en la guerra y la necesidad de establecer unas prácticas profesionales y unas normas éticas precisas que permitan superar los poderosos intereses que intervienen en los enfrentamientos bélicos en favor del derecho de los ciudadanos a recibir una información objetiva y veraz. La organización profesional y humanitaria ha denunciado la situación en Irak, donde ya se contabilizan 56 periodistas y colaboradores muertos y otros cuatro desaparecidos. Su presidenta en España, María Dolores Masana, ha apuntado en un reciente artículo -"Libertad de prensa en el Mediterráneo o la censura bajo diversas formas". Cuadernos de Periodistas. (12 pág. pdf)- que "los ataques a la libertad de información son moneda corriente en Túnez, Argelia, Marruecos, Egipto, Siria; en las llamadas ‘democracias de fachada’. Sin embargo, tampoco hay que pasar por alto el que en otros países de la orilla norte del Mediterráneo se multipliquen a diario los ataques, más o menos disimulados, a la confidencialidad de las fuentes de información y por el control de Internet".
En Andalucía, Reporteros sin Fronteras presentará su informe anual -"La vuelta al mundo de la libertad de prensa de 2004"- en la sede de la Asociación de la Prensa de Cádiz. Entre diversas autoridades estarña presente Antonia Parrado, madre de Julio Anguita Parrado, periodista fallecido en la guerra de Irak, y Pablo Julia, fotógrafo del diario El País, que presentará el libro de fotografías "Por la libertad de Prensa", obra de Jeanloup Sieff, que edita y vende Reporteros Sin Fronteras.
La Unesco, más moderada, ha convocado una jornada mundial sobre la Libertad de Prensa en Dakar para analizar las relaciones entre "Medios de comunicación y buen gobierno" y sus vínculos con la pobreza y los derechos humanos, el acceso a la información y la ética del periodismo. En este acto se entregará el premio Unesco/Guillermo Cano de libertad de prensa al periodista chino Cheng Yizhong.

¿Para quién la tele?

¿Para quién la tele? Telecinco, Antena 3 Televisión, Canal Plus y... Se admiten apuestas, una vez que el Congreso de los Diputados ha aprobado el proyecto de ley de Impulso de la Televisión Digital Terrestre, de Liberalización de la Televisión por Cable y del Fomento de la Pluralidad, que entre otras cuestiones suprime el límite de tres cadenas privadas establecido por la ley de 1988, amplía hasta diez años las concesiones de televisión local, abre la competencia en el cable y reforma el sector radiofónico. El PSOE contó finalmente con el apoyo de ERC, que obtiene a cambio el compromiso de que las películas se doblarán al catalán.
La batalla por conseguir la(s) nueva(s) licencia(s) será encarnizada, como ya han reflejado hoy los periódicos de cada grupo mediático, que no se han puesto de acuerdo ni para precisar las votaciones de los partidos. Prisa da por hecho que Canal Plus emitirá en abierto y trata de garantizarse el pase de los abonados a Digital Plus. Quedan en el aire la posibilidad de una segunda autorización. Al acecho está el Grupo Zeta, relanzado tras los conatos de crisis y el fallecimiento de su fundador, Antonio Asensio. Este conglomerado mediático, que apoya decididamente al Tripartito de la Generalitat, ha ampliado su todavía modesta división audiovisual y no olvida que en 1992 llegó a gestionar Antena 3 TV hasta situarla líder del mercado. Avatares políticos y económicos le hicieron vender la compañía.
Zeta tiene competidores poderosos. Hay dos cadenas que emiten en digital y quieren hacerlo en analógico hasta que la implantación de la nueva tecnología sea obligatoria en 2010, si no hay nuevos retrasos. ("¿Qué es la televisión digital?". Especial El Mundo).
Veo TV, que está participada por El Mundo y Recoletos, ya ha pedido al Gobierno abrir sus emisiones. También lo ha hecho Net TV, que pertenece al grupo Vocento, editor del diario ABC. En medio están Antena 3 y Telecinco, que rechazan nuevas licencias en abierto para unos y otros. La tarta es limitada y no quieren repartir sus fabulosos beneficios. Con Polanco están los anunciantes, que prevén un descenso de las tarifas.
Claro que todos apelan a la libertad de los ciudadanos. Sea para elegir o pagar.